miércoles, 1 de abril de 2009

SUR

Mi papá era aficionado a los tangos, a los boleros antillanos.Siempre que se encontraba en casa,mientras realizaba alguna labor para mejorar nuestra vivienda,tarareaba alguna de éstas melodías. Debía conformarse con tararearlas pues solo teníamos un pequeño radio en casa,que usaba más para escuchar emisoras lejanas,soñando quizá con esos países desde donde emitían sus ondas. Una emisora empezó a llamar especialmente su atención por los años en que yo debería empezar mi estudio de la primaria.Se llamaba Radio Habana Cuba.En las noches,se quedaba hasta muy tarde, moviendo los botones,colocando antenas rudimentarias y mal diciendo en voz baja ante las infinitas interferencias que le impedían escuchar con claridad. Desde mi cama,escuchaba a mi mamá sugerirle que "no luchara tanto con ese tiesto" y que mejor se fuera a descansar,que al otro día debía madrugar.Él continuaba su lucha y mientras los demás dormían,lograba al final,después de la media noche escuchar las arengas y discursos de los jefes de una llamada revolución,que según decían, había logrado que los "pobres y los obreros gobernaran una nación. Los fines de semana y de forma un poco misteriosa, mi papá le contaba a su vecino don Francisco,las cosas que había logrado escuchar sobre la revolución de Cuba;unos y otros daban su opinión sobre lo que parecía estar ocurriendo en aquel lejano país,del que antes les habían llegado los boleros de los matamoros,beny Moré y los danzones del septeto nacional.Sus comentarios eran por regla general favorables a aquel movimiento,que parecía hacer realidad sus sueños de trabajos mejor remunerados,de ser tratados con más respeto como ciudadanos,de no ser objeto de la discriminación de los ciudadanos de la alta sociedad,en últimas,de no ser menospreciados por su condición de trabajadores humildes. En el apogeo de sus sueños, una noche mi papá se topó en el dial con una emisora que entraba con una claridad extraordinaria,que opocaba en gran medida las emisiones de Radio Habana.Para lograr alguna posibilidad de escucha, debía mover el dial con la delicadeza de un relojero,unas milésimas tan solo.La radio intrusa se identificaba como La voz de los estados unidos de América!.Mi papá no dudó en comunicar la nueva noticia a sus vecinos más intimos.Todos coincidían en "que algo bueno debía de estar pasando en Cuba" desde que los gringos trataban de callar a Radio habana.La competencia entre las emisoras era cada día mas fuerte y así mientras desde Cuba se anunciaba la trasmisión "desde el territorio libre de América",desde Miami se referían a Cuba como "el infierno verde de América". Así transcurrían los días,mientras yo estudiaba en casa pues en la escuela no lograron un cupo para mi;mi papá antes de irse al trabajo,me dejaba con mamá, un cuaderno donde tenía ya programadas las tareas de sumas, restas de palitos y ejercicios para aprender a escribir.Los fines de semana,durante las mañanas,me tomaba las lecciones y revisaba mis operaciones. Un día cualquiera, mi papá llegó con una caja en sus manos y una felicidad en su rostro que a mi mamá le causó mucha gracia;¿Fue que le aumentaron el sueldo o qué? !Pues casi mija!.Empezó a destapar la caja, mientras mamá,mis hermanos y yo nos empujábamos para ver lo que había dentro;de entre unos cartones emergió un paquete con algunas piezas que a nosotros no nos aportaban ninguna claridad.Papá las colocó sobre una mesa y empezó a unirlas con algunos tornillos y muy pronto nos anunció su adquisición:!un toca discos automático! La alegría del viejo contrastaba con la cara seria e inexpresiva de mamá;-y eso cuanto vale? le preguntó a papá.El viejo se extendió en explicaciones con las que logró calmar a mamá.Un jefe suyo,contó papa,de esos que venían de un país de Europa,le había regalado el toca discos pues conocía su gusto por la música,y porque se trasteaba a una casa que la fabrica le había asignado en un barrio elegante y se estaba deshaciendo de muchas cosas. A partir de ese día,las emisiones de Radio habana y la Voz de los estados unidos, pasaron a segundo plano pues papá empezó a desempolvar viejos discos de 78 rpm que la abuela le había regalado alguna vez,heredados de no se que familiar.Ahora los fines de semana,papá, muy temprano,enchufaba las bananas del toca discos al viejo radio y llenaba la casa con los boleros de Olga Chorens,María Luisa Landin, Toña la negra,carmen delia dipini,beny Moré,además de los tangos de gardel,pepe aguirre,edmundo rivero y muchos más. Esos mismos fines de semana.mientras yo sumaba y restaba palitos y entrelazaba círculos para "soltar la mano",mi hermana mayor aprovechaba un tiempo del radio y mientras trapeaba la pequeña sala de casa,daba rienda suelta a un extraño gusto:escuchaba una emisora donde emitían "música de los grandes maestros",sonidos que le hacían blanco de la burla y bromas pesadas de un vecino,el cual tenia todas las trazas de no haber escuchado en su vida siquiera una canción de cuna o el canto de un chamón o un garrapatero. Algunos años pasaron, y un día muy triste escuché que la abuela,madre de papá,tenía una enfermedad que era sinónimo de muerte:cancer. Luego de algunos meses,una mañana, una prima trajo la triste noticia que la abuela había muerto.El viejo recibió el abrazo de mi prima,acarició mi cabeza,abrazó a mamá y se dispuso a arreglarse para ir hasta la casa de la abuela.Todo lo hizo en silencio.Entró al baño y estuvo en él un largo tiempo;al salir sus ojos estaban enrojecidos,comprendí que había llorado mucho. A la semana siguiente del entierro de la abuela y luego de finalizada la novena,mi papá recogió todos los discos con la música regalada por ella,los guardó en una caja junto al toca discos, y la metió bajo la cama.Allí esperarían mi adolescencia,durante la cual,el viejo ,observando mi gusto por la música,me los entregaría casi como una herencia,que representaba ante todo el amor y el recuerdo de la abuela,de quien había heredado el gusto por los boleros y los tangos y entre todos ellos uno especial:sur.