jueves, 2 de diciembre de 2010

EL TURCO


Era època de llegada de personas de otras latitudes tanto nacionales como internacionales.Personas que llegaban a nuestra ciudad desde pueblos lejanos de nuestra geografía y desde pueblos lejanos de la geografía universal,todos buscaban lo mismo:trabajo,alimento,vivienda para ellos y sus familias.
Quienes llegaban del extranjero,buscaban y obtenian acomodo en las empresas que empezaban a florecer,como tecnicos,algunos reales y otros avalados por sus compatriotas que habian llegado antes.Quienes llegaban de lugares de nuestra geografia buscaban y encontraban acomodo en los barrios que empezaban a florecer o en algunos ya establecidos.
En el nuestro,el vecindario era de lo más variado;habian personas de pueblos del Tolima,del Quindio,de Nariño y hasta de la costa atlantica;crecí envuelto en acentos variados,en esa especie de aroma de las palabras junto a esos aromas y sabores de las cocinas.Unos y otros se fueron integrando,mezclandose con los nuestros y dando origen a nuevas formas de hablar y de cocinar.Con el paso del tiempo,todo formó una nueva identidad para nuestra ciudad,imperceptible,que se tomó como algo natural,sin causar trauma alguno,identificados como estábamos en la búsqueda de objetivos comunes y primordiales.
En las fábricas,ocurria algo semejante,los obreros y empleados nacionales,aprendian de los gerentes y mandos medios extranjeros,sus curiosas maneras de llamar las cosas,sus comidas y a la vez,enseñaban a ellos las nuestras.
Mi padre,cada día nos contaba sobre algún nuevo "técnico" llegado de Suecia,de Italia o de otra nación europea;para él,ese contacto con personas de tierras tan lejanas,era el nuevo método para saciar sus ansias de conocer otras culturas,sumado al de la lectura,del que se había servido anteriormente.
En el barrio,las necesidades diarias de toda índole,clamaban por soluciones,y algunas de ellas llegaron gracias a la inventiva de ciudadanos llegados en esa especie de nueva conquista,serena y pacifica,en oposición a la de más de cuatro siglos atras.
Todas las familias llegadas al barrio carecian de cosas elementales como sábanas, cobijas,algun utensilio de cocina y algo que se deseaba y buscaba con desesperación,ante el ataque despiadado de los zancudos:un toldillo.
El toldillo y los otros utensilios deseados,hicieron su entrada triunfal en nuestro barrio y los aledaños,de la mano de unos hombres cuya manera de hablar causaba gracia y servía de llamada para la venta;eran extranjeros,venidos del otro lado del mar y que el imaginario popular terminó por bautizar como "turcos",aunque tal vez ninguno provenía de esa nación,pero para nosotros,todos los que vendian toldillos,cobijas,cucharones,coladores,telas y demas,eran eso,turcos.
Habiles mercaderes,descendientes de pueblos curtidos en el arte de vender cualquier cosa y ademas de cobrarla por valores muchas veces mayores a lo que les costaba,pero eran la solucion a nuestras necesidades,ademas,que otorgaban la ventaja de "fiar",algo fundamental para quienes vivian por semanas,pues esa era la frecuencia conque se pagaban los salarios en las fabricas.
!mija,ahi le queda la plata pal turco!,escuchaba los fines de semana a mi papá,cuando separaba de su sueldo la cuota acordada con el mercader;! y digale que le suelte la tela pa los vestidos de las muchachas y una camisa pal niño!.
Con el paso del tiempo,los turcos abrieron almacenes en el centro de la ciudad y fueron abandonando paulatinamente su oficio incial,que fué pasando a manos de ciudadanos nacionales,quienes finalmente desaparecieron,derrotados por el poder de los almacenes,que dejaron de fiarles mercancia,pues ya los clientes se desplazaban al centro de la ciudad a comprar directamente sin el recargo del intermediario,ademas que tambien se estableció en ellos la modalidad del credito.Los "turcos" desaparecieron definitivamente de las calles de mi barrio,junto a sus carretas tiradas por algún muchacho,sus libretas ajadas y llenas de columnas con valores anotados con lapiz,correcciones ante el reclamo por algun pago recibido y no anotado,o recibos que se extraviaban;desaparecieron de las calles,no de mi memoria y quizá de la memoria de muchos,que no olvidan esa ciudad forjada con el trabajo de tantos hombres llegados de tierras lejanas,sumado al de los nativos.Épocas de luchas arduas,de momentos dificiles pero felices,desde la perspectiva del tiempo,aquel que nos muestra la medida exacta de la alegria y la tristeza.

martes, 2 de noviembre de 2010

CASTIGADO POR LA TECNOLOGÍA

Luego de terminar las tareas,cuando tenía alguna pendiente,a eso de las siete de la noche,solía coger uno de mis juguetes preferidos del fondo del patio para salir a la calle a jugar,una rueda de caucho que no era más que el recorte de la de algún carro,y un trozo de palo de escoba que usaba como controlador de la rueda:si quería girar a la izquierda,hacía fuerza con él en el lado derecho de ella o al lado izquierdo si quería girar a la derecha;quería mucho ese juguete,quizá tanto como a una pelota o un fusil de madera que papá había labrado pacientemente antes de algún diciembre.Antes de salir a la calle me colocaba una cachucha de color rojo,
que tenía estampado el nombre de una pintura:Pintuco.Esa cachucha era casi como un documento de identidad para mí,pues nunca me separaba de ella cuando jugaba.
Un día cualquiera,pedí permiso a mi mamá para salir a jugar y ella me lo concedió luego de revisar mis cuadernos y constatar que no habían tareas pendientes.Al salir a la calle,lo primero que noté fue una aglomeración de niños ante el antejardin de la casa de una de las esquinas de la cuadra;me acerqué un poco para saber de que se trataba;la casa tenía un muro de cemento y sobre él una reja de hierro,ambos recién construidos;era la única casa con esos adelantos pues en ella vivía una familia cuyo padre al decir de los vecinos había conseguido trabajo en una fábrica muy buena donde se ganaba mucha plata;la fábrica quedaba por los lados de yumbo y se llegaba a comparar el trabajar en ella con ganarse la lotería.Nadie supo o quizo decirme que motivaba la aglomeración,preocupados como estaban por subirse en la reja para tener una mejor visión hacia la sala de la casa.
Me quedé un poco alejado de la reja,más preocupado por no perder mi rueda que por descubrir el misterio.A los pocos minutos se apagó la luz de la sala de esa casa y una especie de resplandor blanquecino alumbró las caras y cuerpos de los niños subidos en la reja;de ese grupo de niños surgió una exclamción de asombro y alegría ante lo cual no resistí y me acerqué mucho más sin descuidar mi juguete mientras indagaba que era lo que veían;sin poder conseguir un puesto en la reja,al fin alguien respondió de entre la multitud a mis preguntas:!es que han traído un televisor,no ve!?.
Pues yo no veía más que el resplandor que subía y bajaba de intensidad y a los muchachos que empezaron a pasarse adentro del antejardin;luego que el primero lo hizo la desbandada fue tal que después de mucho gritar la dueña de casa para que se salieran,ésta fue hasta el patio y trajo un Platón lleno de agua que arrojó sobre los niños invasores.Hubo risas, insultos y demás,pero los niños no lograban dominar su curiosidad y seguían rondando el antejardin tratando de ver lo que mostraba el televisor sin perder de vista a la dueña de casa que había dejado el Platón con agua muy cerca de la puerta;mientras tanto yo miraba desde el otro lado de la calle y decidía que no valía la pena tanta lucha por mucha televisión que fuera.
Los dueños de la casa en determinado momento decidieron cerrar la puerta y la ventana y yo eché a andar mi rueda para dar mi primera vuelta a la manzana mientras escuchaba algunas palabrotas de los niños y algunos adultos ofendidos por la medida tomada.
Al pasar de nuevo cerca de la casa en cuestión,algunos muchachos planeaban la forma de vengarse por la actitud de los dueños del televisor;pasé junto a ellos y fui a dar mi segunda vuelta;Justo al pasar de nuevo por el sitio,corriendo junto a mi rueda de caucho,escuché gritos y maldiciones desde dentro de aquella casa y alguien que decía:!fue el de la cachucha roja que va corriendo allá!.
Terminé mi tercera vuelta y al aproximarme a casa,noté que la aglomeración era ahora allí;mi mamá me esperaba muy disgustada junto a la señora de la casa del televisor;en medio de la montonera alcanzaba a escuchar voces que repetían:!él no fue!;y yo no había sido el que según la vecina del televisor,había tirado una piedra de gran tamaño por la pared de su patio y roto una "sopera preciosa recién comprada".
Mi madre me hizo entrar y le prometió a la vecina que cuando llegara mi papá el hablaría con ella para arreglar lo de la sopera;mientras esperaba la llegada de papá, mi mamá me regañaba y advertía que sería castigado fuertemente por él,pues nos tenía prohibido muy claramente,meternos con los vecinos o causar daños en sus propiedades;cuando llegó mi papá,yo estaba muy tenso al igual que mis hermanas,y repasaba en silencio o al menos lo intentaba,la cartilla de lectura;mi papá saludó y sus sensores extraordinarios le alertaron pues lo primero que preguntó fue:¿ha pasado algo?.Era indudable que conocía el hogar y sus integrantes profundamente;mi mamá le contó el suceso mientra yo miraba asustado la cara de papá e imaginaba su reacción.
¿Usted tiró esa piedra?me preguntó directamente.No señor,contesté tembloroso y empecé a dar mi versión que él escuchó atento;luego de escucharme dictó sentencia:!vaya acuestese y ésta semana no sale más a jugar! y a mamá le dijo:ahora después de comer voy a hablar con esos vecinos;y así lo hizo y supe que acordó pagar la "preciosa sopera".Nunca se habló más en casa del accidente y yo volví a jugar con mi rueda de caucho y jamás intenté siquiera tratar de ver esa maravilla que decían era el televisor que tenían en la casa de la esquina,y cada diciembre,para el fin de año, cuando los vecinos pasaban de casa en casa deseando el feliz año,yo aprovechaba para negarle la mano a esa vecina dueña del televisor que me había hecho castigar injustamente y además pagar a mi padre algo que yo no había dañado;ella reía y me llamaba rencoroso.
Pasaron los años y me hice adulto y la señora se hizo anciana,y los fines de año ya no pasaban los vecinos a desear feliz año y en todas las casas habían televisores y en las calles ya no habían niños jugando con ruedas de caucho y no se volvieron a romper preciosas soperas y nunca se supo quien rompió aquella de mi infancia,pues yo no lo hice.

sábado, 2 de octubre de 2010

EL VIEJO JOY


Nació,creció,jugó,fue feliz, y se muere cada día un poco,como todos,si,pero de una forma dolorosa,triste;como todos o casi todos,sigue en la misma calle del barrio de nuestra niñez,donde fuimos compañeros de "la lleva","el cogín de guerra,"la vuelta a colombia",de los picaos de fútbol con porterías de piedras,de tardes caucheriando en algún mangón cercano al barrio.Un padre alegre, bebedor alcohólico,trabajador,buen vecino;una madre resignada y silenciosa,cuatro hermanos mayores que él.
Se hizo joven y se lo llevaron al ejercito;aprendió a conducir y a su regreso se empleó como chofer en alguna fabrica;conoció el amor y engendró un hijo al cual aun tiene presente en medio de la niebla que ocupa su cerebro;vivía la vida de una manera sencilla y creo que era feliz.Su abuela octogenaria,luchó para que le colocaran en la pila bautismal un nombre que siempre sería motivo de controversia sobre como se escribía,si con Y o con J,si llevaba H en el medio o no;la viejita cuando le preguntaban sobre donde había encontrado ese nombre no sabía responder si quizá en algún sueño o si era el nombre de un viejo amor que había tenido por allá por el 900.El hijo terminó por aceptar la propuesta de su madre,por puro cariño, y terminó cagandose en el muchacho,le colocó ese nombre que la barriada terminó por reducir a "viejo Joy",con el que siempre se le identificó.
Cuando más feliz parecía su vida,un domingo cualquiera viejo Joy cogió la pequeña moto de un amigo para ir a visitar a su hijo que vivía aparte con la mamá;a escasas dos calles de la nuestra y mientra esperaba en una esquina su oportunidad para cruzar,un sujeto que acababa de robar otra moto,en su huida desaforada,golpeó la de viejo Joy por un costado,le tiró hacia la acera con la mala fortuna que su cabeza chocó contra el filo del cordón de cemento.
El ladrón,como en las películas, escapó y a viejo Joy le llevaron hasta el seguro social donde no le atendieron pues su patrono le había desafiliado hacía ya varios meses,aunque le descontaba su aporte mensual muy juicioso y le entregaba una tarjeta que servía para lo que sirven las tetas de los hombres,pues era falsa.Al final le atendieron en el san Juan de dios,operaron su maltrecho cerebro,le formularon pastas "hasta los últimos días de su vida y los primeros de su muerte",y le mandaron para su casa.
Viejo Joy se fue recuperando físicamente,pero su cerebro se había quedado pegado en los tiempos y sucesos ocurridos hasta el día del accidente.El presente solo dura eso, el presente;cada nuevo minuto ya no recueda el anterior,en cambio repite discursos completos con historias anteriores,historias que de tan repetidas preocuparon al principio a sus padres y vecinos quienes al final aprendimos a vivir esos dos mundos,el nuestro con pasado,presente y algo de futuro y su pasado firme y su fugaz presente;para muchos de quienes llegaron luego a la calle,eran motivo de "destrabe" y de disgusto con nosotros, quienes no admitíamos burlas para con viejo Joy.
El padre de Joy se jubiló y la situación económica se fue haciendo cada día más precaria;el escaso dinero alcanzaba a duras penas para comer y comprar las pastas.Se fueron acumulando los recibos de agua, luz,los del predial;ante ésta situación, los hermanos mayores se abrieron y dejaron cada día en el olvido más cruel a sus padres viejos,enfermos y a su hermano discapacitado;nadie comprende esa actitud, aunque alguno anota que quizá sea venganza por la mala vida que el padre y su alcoholismo les proporcionaron.
La casa se fue derruyendo despacio, como ellos.La madre fue perdiendo la razón,quizá como mecanismo de defensa para su vergüenza y dolor;el padre se sentaba cada mañana de cada día en el antejardin en una vieja mecedora a leer y releer una vieja revista o a cantar tangos de gardel,despistando la mala situación.La mala alimentacion,la soledad,o quizá el desamor,terminó con la vida del padre;una mañana casi al medio día, extrañado ante la ausencia del papá en la mecedora,un vecino curioso preguntó por él;Joy fue hasta su cuarto a buscarle y así se supo de su muerte.Joy no sabía que hacer y su madre le miraba como quien mira un árbol,una nube;los vecinos ayudaron a organizar el entierro,los hijos mayores aparecieron y luego de la ceremonia ante los llamados de atención por su comportamiento,se marcharon pronto.Aparecieron luego para disputarse quien quedaría cobrando la pensión del padre ante la demencia de la madre;alguno de ellos terminó por encargarse, y le llevaba algo de alimento a la vieja y el hijo,mientras las empresas municipales desconectaban agua y luz y el municipio amenazaba con cobro jurídico.Poco tiempo aguantó la madre;unos meses después falleció y para su entierro se repitió la misma situación:reclamos de parte de los vecinos que les vieron crecer y la ida presurosa sin escuchar siquiera los consejos para que buscaran que la pensión quedara para el hijo discapacitado y no muriera de hambre y miseria.Nadie sabe en que quedó lo de la pensión;se dice que solo esperan que el viejo Joy muera, para vender lo que aun se pueda vender.Algún familiar le acerca algo de comida que los vecinos complementan con su generosidad;alguien le conecta de contrabando el agua para su aseo cada vez mas escaso;cuando la casa tiene olor insoportable,los vecinos hacen minga y la lavan y asean lo mejor posible.
Al viejo Joy, las convulsiones le aparecen cada vez más seguidas;él se sienta como su padre en la vieja mecedora de la que las convulsiones le tiran constantemente y se golpea su maltrecha cabeza contra algún muro,una piedra, el suelo.En esa mecedora, Joy repasa cada día de cada semana de cada año,unos viejos papeles en los cuales según dice, están las recomendaciones de no se sabe que general,para que cuando estalle la guerra contra no se sabe quien,sea llamado primero que nadie a las filas y así ganar dinero para que su hijo vaya a la universidad y se haga piloto;no olvida jamás que tiene un hijo que vive "en los estados unidos,por los lados de España" el cual le ha pedido a la mamá ayuda para su papá y que ella se la ha dado,pero no sabe porqué no se la han entregado todavía.
A veces lo observo meciendose mientras repasa sus papeles,y se me encoge el alma recordando la niñez,la juventud compartida;observo como su casa va perdiendo parte de su fachada y va muriendo también, solidaria con Joy;como se van esfumando ambos y con ellos parte de la vida de esa calle del barrio,de una historia común con tantas alegría y no pocas tristezas;tal vez la guerra estalle,y entonces viejo Joy renazca y con él la casa, la calle, la niñez que se marchó sin darnos apenas cuenta.

viernes, 3 de septiembre de 2010

!CON EL DOCTOR SE PUEDE ARREGLAR!

Mi padre,a pesar de las dificultades econòmicas que eran a su vez la raiz de todas las otras que ocupaban sus esfuerzos para vencerlas,nunca estuvo de acuerdo con que mi mamà se buscara un trabajo para ayudar en la tarea.Quizà su actitud obedeciera al machismo imperante en la època,pero escuchando sus planteamientos y observando con la perspectiva que ofrece el tiempo, los resultados de los mismos,algo màs profundo guardaba su actitud.
Muchas fueron las veces que se les escuchaba a papà y mamà argumentando cada uno su punto de vista sobre el tema.
Mamà tenía una hermana menor que habia terminado la primaria hacìa ya varios años,y desde entonces se dedicaba a colaborar en los oficios de la casa y soñando con poder realizar un estudio que era casi inalcanzable para una joven de clase popular:!secretaria mecanotaquigrafa!.Consistìa el estudio,en adquirir velocidad en la ejecusiòn de la escritura a màquina,ojalà igualando el record de cuarenta o cincuenta caracteres por minuto, que era màs dificil que los diez segundos para los cien metros en atletismo;junto a èsta habilidad,estaba el de conocer y dibujar los signos de la taquigrafìa,una especie de caracteres chinos,cuyo objetivo era tomar notas de forma resumida y muy ràpida;cada especialidad tenìa su herramienta:una remington para la mecanografìa y el texto de taquigrafia Greg.
Aunando esfuerzos familiares,la tia pudo alfin matricularse en un instituto que tal vez obstentaba el nombre del texto de taquigrafìa,y sin defraudar a la tribuna obtuvo el preciado grado que auguraba un buen futuro para la joven y de rebote seguramente para la familia.
Con sus recien cumplidos dieciocho años se lanzò a buscar sus sueños;empezaron las recomendaciones a familiares ya empleados para que buscaran interceder antes sus jefes o patronos,informando de la preparaciòn que tenìa la muchacha.
Al fin,un dia,la tia logrò iniciar labores en la oficina de un doctor integrante de una conocida familia de la ciudad;casi toda la familia estaba alborozada con la buena nueva,un poco menos mi padre y la abuela;ellos tenian sus reservas,conocedores de primera mano,de como se las gastaban algunos patronos,quienes haciendo uso de su superioridad de clase,tan respetada entonces,terminaban por intentar abusar de sus empleadas,generalmente jovenes,humildes y temerosas ante la presencia de un "doctor".
El resto de familia,les indicaban a papà y la abuela que no fueran tan "mal pensaos".
Para infortunio de todos,el tiempo y las acciones del doctor terminaron por dar la razòn a papà y a la abuela.
Un dia cualquiera la tia llegò màs temprano que de costumbre y llorosa;la abuela y mamà le preguntaron que pasaba y ella les explicò que el doctor habìa intentado manosearla y que cuando ella le rechazò,primero le hizo promesas que incluian vivienda y muchas prebendas y terminò con amenazas de despido,recordandole lo mucho que ella y su familia necesitaban el trabajo;al final,ante su rechazo total,el doctor le habia dicho que su trabajo se terminaba y que fuera el fin de semana por el salario de los dias trabajados.
Al enterarse papà,se llenò de ira y aprovechò para explicar el porquè no le ilusionaba que mamà trabajara,pues èl temìa mucho a su reaccion ante los abusos a su familia.La abuela logrò calmarle y entonces papà constatò que la tia tenia un contrato por un año y que solo habia trabajado cuatro cuatro meses,y por lo tanto debiera pagarle el doctor los meses faltantes,ya que el despido no tenìa justificaciòn,al menos ante la ley,porque seguro ante la moral del doctor,si lo tendrìa.
Pues el doctor alegò negligencia y otras cosas màs y mi papà acompañò a la tia a demandarle ante la oficina de trabajo;mi padre guardaba poca o ninguna esperanza por el reclamo legal,conocedor tambien de como los inspectores "tiraban pal lado del patrono".
De nuevo las acciones dieron la razòn a papà;el inspector a pesar de observar con claridad la situaciòn planteada(deshechando de paso el intento de abuso,pues eso no era laboral),aconsejò a mi tia que buscara un arreglo,pues el caso demorarìa hasta un año o màs y era mejor pajaro en mano.......
Mi tia consultò a papà y èl decidiò acompañarla de nuevo;ésta vez,el inspector citò al doctor quien informò a mi tia y mi papà que èl no pagarìa los cuatro o cinco mil pesos de los meses restantes,ni de fundas,aunque esa cantidad èl se la gastaba en un dia jugando a los gallos,pero no,el les daba la mitad y punto.Papà le recordò al doctor que lo que para èl era una noche de juego,para la joven y su familia era varios meses de alimentos;el inspector insistiò con su teorìa y le dijo a mi padre:arreglen con el doctor,fijese que èl se presta,si fuera otro.....
Al final mi tia terminò por aceptar el arreglo,papà viviò una nueva frustraciòn y tuvo màs firme que nunca,la convicciòn que mi madre no trabajara,que para abusos,ya bastaba con los que èl padecìa.


martes, 3 de agosto de 2010

LA COMETA MÀS GRANDE DEL MUNDO


En un Agosto casi olvidado entre tantos trascurridos,me preparaba para elevar la cometa que a mi parecer sería la más grande jamás elevada desde la loma de cristo rey;mi papá ya tenía el esqueleto armado,como siempre de listones de gudua,piola,solo que ésta vez,los listones eran más gruesos que de costumbre y los amarres,tirantes y demas estaban reforzados.Tenía aproximadamente dos metros de envergadura y un poco más de alto.
Un dia sabado,mi papá empezó a cortar y pegar el papel periodico que reemplazaría al tradicional papelillo;con mucho engrudo y una brocha,pegó varias capas de pepel;todo era ésta vez,para mí, desmesurado;hasta el lazo que reemplazaría a la piola;era para mi papá y para mi,una obra especial.El imaginar ese gigante surcando los cielos sobre el exclusivo barrio de San fernando,sobre el estadio,el hipodromo y quizá llegando hasta la hacienda la Fortaleza,que se vislumbraba a lo lejos,me llenaba de tensión.
El día Domingo llegó y mi papá, mi mamá y mis hermanas,junto al abuelo,subimos hasta el filo de "el corte",la loma donde se estaba sacando la tierra para el trabajo en la fabrica.A las tres de la tarde el viento era esplendido;mi papá tenía temor que se destrozara la cometa contra alguna piedra,así que empezó a desplegarla despacio;la cola se había formado con trozos de pantalones de trabajo y humedecido para que pesara un poco más.
Antes de empezar a soltar la cometa,mi abuelo se ubicó al frente a varios metros de distancia de mi papá,sosteniendo lo màs alto posible la cometa,presentandosela al viento,como desafiandolo a que lograra elevar ese portento;casi no termina de acomodarse mi abuelo cuando una racha de viento respondiò al desafio y la cometa emitiò un rugido como de fiera obligando a mi abuelo a soltarla ràpidamente para no ser elevado junto con ella.Mi papà tuvo que soltar lazo con prontitud pues la cometa pedia y pedia libertad para elevarse sobre San Fernando;era tal la potencia conque el viento enfurecido por el desafio impulsaba la cometa,que mi papà se viò en aprietos para dominarla pues el deslizar el lazo entre sus manos, quemaba su piel.
La alegria de todos era grande, en especial la mia que no tardè en pedir que me dejaran los mandos de ese vehiculo de sueños.Mi papà lo hizo poco a poco,conocedor de la potencia del viento y temeroso que me arrastrara y terminara perdiendola;yo deseaba secretamente que eso sucediera para volar sobre mi ciudad;el placer era indescriptible;mi papà no terminaba de dejarme solo y se empeñaba en explicarme los riesgos,cuando de repente sentimos un fuerte tiron y observamos con angustia como los tirantes no soportaban tanta fuerza y se reventaban dejando en completa libertad la cometa que se empezò a alejar en el horizonte llevandose todas mis ilusiones;la seguimos con la vista hasta hacerse invisible;petrificado y en silencio sentì la mano de mi papà sobre mi cabeza,como consolandome;!la embarrè mijo! no reforcè bien los tirantes;!pero no importa,hacemos otra!.El solo escuchar a mi papà me diò tranquilidad,èl era para mì un ser capaz de vencer todo obstaculo y volverìa a construir la cometa màs grande del mundo, estaba seguro.

sábado, 3 de julio de 2010

UN NEGRO GAROSO

Era la madrugada de un domingo y los ruidos y voces que llegaban desde la calle,nos despertaron a todos en la casa.Mi mamá fué la primera en hacerlo y de inmediato alertó a mi papá:!mijo,algo pasa en la calle y hay gente en el patio! .

Nuestra casa tenía el patio adelante pues mi papà había construido al fondo del lote una ramada o mejora;por las grietas de las esterillas se colaban sombras que subian o bajaban al ritmo de las velas y linternas que varios vecinos congregados en nuestro patio movian insistentemente.

La voz de uno de los vecinos,nos informò de lo acontecido;!vecino,hemos cogido un ladrón y necesitamos su colaboracioón!,a ver si nos facilita su coleman!

Mi papá se vistió y salió al patio;los vecinos reunidos le pidieron prestada la lampara Coleman,heredada del abuelo,para observar mejor la escena de la detencion y estado del ladrón.Mi papá se encontró en la disyuntiva de prestar la lampara o acudir a una escena que el no compartía:el linchamiento;siempre consideró que hacer justicia por mano propia no era el camino mejor, ademas de considerarlo otro simple abuso de poder,sustentado igualmente en la posesion de la razón.A pesar de todo,tratar de exponer su teoría a una turba enardecida,sabía que no era saludable;tomó la lampara,la accionó hasta obtener esa luz potente,verde-azulosa que me traia recuerdos de las luciernagas que alguna vez apresé dentro de una botella de vidrio,convirtiendome en el creador de una "Coleman con alas",que terminaba por apagarse cuando los inocentes insectos morian seguramente por falta de oxigeno.
Entre los vecinos se encontraban los contiguos a nuestro rancho por el lado derecho,una pareja campesina muy silenciosa y respetuosa;curiosamente,en determinado momento la mujer de ese vecino empezó a llorar y a comportarse algo histerica,por lo que su esposo se disculpó para no acompañar a la montonera justiciera y se entró junto a su esposa que continuaba gimiendo.Algunos dias después,ella misma comentaría a mi mamá la razón de su comportamiento;le dijo que las luces furtivas,los lamentos ahogados,el ruido de personas moviendose en la oscuridad le habian removido recuerdos dolorosos y aterradores de los momentos vividos por ella y su familia al ser desalojados de su propiedad por los asesinos que habian asolado las montañas de un pueblo en el norte del valle.Mi mamá la consoló diciendole que afortunadamente esa época ya no volvería.

La excursión de papá duró más de lo esperado y me dormí,hasta ser de nuevo despertado por su regreso,cuando otra luz azulosa,la del amanecer,se colaba de nuevo por entre las esterillas.



Mi mamá procedió entonces a servirle el café con masitas de harina de trigo,desayuno estrella de los domingos nuestros,y se dispuso todo para escuchar los pormenores de la aventura paterna.

Empezó con la descripción del ladrón y su estado;se comentaba que un vecino había sorprendido a un hombre de color,de color negro,cuando trataba de desclavar unas esterillas del rancho de un vecino que vivía dos cuadras atrás de nosotros;que el negro aseguraba,después de cada planazo que algún acomedido le propinaba,que el no estaba robando,que el era un hombre honrado,que vivía varias cuadras abajo,que podian averiguarlo,pero nadie hizo caso de sus súplicas,porque es bien sabido que "a los ladrones cuando los cogen,son capaces hasta de llorar".

Decía papá,que al hombre le habian dado tanto puño,patadas y planazos,que tenía la cara hinchada,cubierta de una "crema" compuesta de llanto,tierra,mocos y demas;era tal la apariencia del pobre sujeto,que al hacer aparición la claridad proporcionada por la Coleman,los gritos,insultos y agresiones mermaron hasta convertirse en murmullos.

Algunos vecinos tomaron la desicion de amarrar al hombre a un poste de madera y dejarle medio muerto,desmayado por los golpes,hasta que amaneciera y de pronto pudieran entregarlo a la policia;llegado a este punto, mi papá se sonrió y ante la confusión de mi mamá y nosotros sus hijos,contó la parte menos trágica de la historia.

Al quedarse el sujeto amarrado al poste,mi papá y otro vecino cercano,sintiendo algo de piedad,le limpiaron la cara y lograron una confesión tragicomica;el ladron les comentó que él no era tal,que lo sucedido era que al regresar de su trabajo,se había tomado unas cervezas y algo mareado y excitado,al pasar cerca del rancho de su desgracia,había observado la sombra en una ventana,que le mostraba a una mujer desvistiendose y él irresponsablemente,se había acercado para ver mejor y trató entonces de separar un poco alguna esterilla,con la mala suerte de ser sorprendido en el acto.Mi papá y el otro vecino no le creyeron esa historia y le inquirieron el porque no habia dicho eso cuando le apresaron,pero su rspuesta les creó al menos la duda;explicó el hombre de color, de color negro,que tuvo mucho miedo de que al confesar eso,el esposo de la mujer,presente en la captura,seguramente hasta le hubiera matado.Sucedió entonces que al lugar de los hechos llegaron dos mujeres y un hombre,que eran según dijeron,la madre, esposa y hermano del "detenido".Explicaron claramente la ocupación,sitio de vivienda y comportamiento del hombre,hasta lograr que se lo entregaran y marcharse,dejando a mi papá y el otro vecino,confundidos,entre lo comico y lo trágico.Al final, mi papá comentó más explicitamente a mamá,y le dijo que viendo la mujer del llamado ladrón,una negra de cara muy bonita,con unos senos que apuntaban uno para cristo rey y otro para las tres cruces y un final de espalda que daba vértigo,es decir todo un ejemplar de mujer,ese tenía bien ganada la trilla que le habian dado, al menos por garoso,aun a riesgo de contradecir sus principios;mi mamá se rió y nos puso más masitas de harina de trigo en cada plato y un poco más de café.

miércoles, 2 de junio de 2010

DE SEIS A DOS, DE DOS A DIEZ,DE DIEZ A SEIS...


Ya no busco ansioso tu mano
temblorosa para protegerte
al cruzar la calle;
Ahora, mi mano temblorosa
busca la tuya para protegerme
al cruzar la calle.
¿qué es lo que ha pasado entre
los dos hijo?
El tiempo,papá,entre los dos
solo ha pasado el tiempo.


Nació cuando una crisis económica generada muy lejos,azotaba sin misericordia nuestra nacion.Era el segundo hijo de una familia formada por una mujer humilde y un hombre dedicado a la mineria;ese hombre murió a escasos dos años de su nacimiento privandole a él de conocer a su padre y a mi de conocer a mi abuelo.
La abuela se enfrentó a la dura tarea de criar dos hijos sin más ayuda que la de sus manos,con las cuales arrancaba los zapayos que crecian en los rastrojos de los terrenos baldios aledaños a esa futura ciudad,para cocinarlos,amasarlos hasta convertirlos en papilla y luego servirlos a sus hijos acompañados de un poco de café.
Fueron años de lucha ardua y sin descanso;mi padre y su hermano,lograron llegar hasta el segundo año de primaria,momento en que la abuela no lograba obtener los recursos necesarios para que continuaran y se viera obligada a dejarles en su rancho,mientras ella buscaba el sustento.
Durante esa busqueda,se relacionó con otro hombre,dedicado igualmente al oficio de buscar en las entrañas de la tierra, ese tesoro negro que llevaba brillo a la vida de los patronos y oscurecía la de los trabajadores,empezando desde dentro,en sus pulmones hasta llegar a la piel.
Por algunos dias,las esperanzas de mejoramiento de la vida renacieron en la abuela y sus dos hijos,pero en el juego de la vida que ellos jugaban,las cartas venian marcadas;un derrumbe,de tantos que ocurrian,sepultó al nuevo padre,al nuevo esposo,y a las ilusiones creadas.
De aquellos momentos felices solo quedó un nuevo hermanito,que le enseño definitivamente a mi padre y su hermano,el camino del trabajo de los hombres, aunque ellos fueran solo unos niños.
Así, mi padre inició su vida de adulto,siendo niño,y aprendió a vivirla por turnos.
Primero se ocupó llevando viandas con comida a los mineros y cuando su cuerpo logró algún desarrollo,entonces se atrevió a pedirle al capataz que le incluyera en alguna cuadrilla,picando el carbón o empujando coches hasta la salida de la mina;la lampara asignada para su cabeza,debió ser modificada con la invención nativa para que lograra fijarse en su pequeña cabeza y las recomendaciones para cuidarse del grisú,se dieron entre bromas,pero logrando su objetivo de asustar como metodo de aprendizaje.
Aprendió a defenderse del gas,de los coches descarrilados y como no, de los compañeros borrachines y pendencieros en las infaltables bebetas de fin de semana,a las que accedió casi sin darse cuenta.
La abuela sufría viendo a uno de sus hijos sumergido en el mundo de los mineros,compuesto de labores extenuantes,bebida, tabaco y mujeres y rezaba para que encontrara pronto otra ocupacion que le llevara por caminos más placenteros y constructivos.Las oraciones de la abuela,al parecer fueron escuchadas pero debió pagar antes algún costo:mi padre fué herido en una pelea con un minero de mayor edad y muy violento,que le propinó un para de puñaladas que casi le cuestan la vida.Durante su convalescencia,se aficionó a algo que le marcaría para siempre:la lectura.
Los médicos y enfermeras le proporcionaban revistas y escritos de diferentes temas;por medio de uno de esos médicos,que motivado al ver esa extraña combinación de relativo analfatebismo con las ansias de conocimiento,le recomendó ante un directivo de una naciente fábrica,los sueños de la abuela se hicieron realidad.
Luego de ese inicio,mi padre trasegó por muchas fabricas,aprendiendo diferentes oficios en los que lograba sobresalir por su habilidad para aprender,desarrollada quizá con el apoyo de su incanzable amor por la lectura.Olvidó su afición a la bebida y los vicios aprendidos en sus años de minero,formó un hogar y se entregó en cuerpo y alma a la construcción de un mundo para sus hijos,donde la prioridad fuera la educación "para que no pasen las penurias que yo pasé",aunque para ello consumiera su juventud y madurez por turnos,en una fábrica siempre de seis a dos,de dos a diez o de diez a seis,turnos a los que yo me adapté para esperarle y recibir algún mecato,pero ante todo,las revistas o periódicos que nunca faltaban y con los cuales logró contagiarme ese virus de la lectura, que algunas veces produce placer y otras angustia y dolor.
Abandonó este mundo cuando una crisis económica,generada muy lejos,azotaba nuestra nación.
Fué un ser humilde,orgulloso,trabajador y anonimo como miles en nuestra nación,que no tiene estatua en ningún parque,pero al que yo le contruí un monumento en mi memoria donde no le coloco coronas de flores,pero si cada nueva lectura a la que me enfrento y así sepa que no fué vana su lucha ni perdidos sus turnos.

lunes, 3 de mayo de 2010

POR UNA CABEZA.....



A unas calles del embarcadero quedaban los teatros Imperio y Ángel donde mi papá solía ir para ver las carteleras de las películas,aficionado como era al cine.
La verdad es que papá "mataba dos pájaros de un tiro",pues junto al teatro Imperio quedaba un selladero de 5 y 6 y él jugaba algunas veces éstas apuestas porque soñaba con la fortuna que como fruto de su trabajo no podía ni soñar.
Así fue aquel sábado en el que como tantos otros,me vistió,peinó y le dijo a mamá que ya volvíamos.Llegamos junto al teatro y mi papá selló su apuesta que había hecho en compañía de don Francisco,el vecino con quien más compartía.
Luego de sellar el formulario,dobló cuidadosamente su copia,la metió en su bolsillo y me llevó hacia la entrada del teatro.Yo miraba embelesado los carteles con imágenes de actores realizando alguna escena de las que componian las películas;allí estaban algunos de mis héroes del lejano oeste,de la selva y del mar.Mi papá preguntó si podíamos entrar a la función que estaban dando y el portero le dijo que sí.Luego de comprar las entradas,nos sumergimos en una sala oscura y mi papá sonreía y me calmaba ante el nerviosismo que yo expresaba apretando su mano fuertemente.
Al entrar quedé hipnotizado con las imagenes de la pantalla donde unos soldados a caballo y vestidos de azul y amarillo,disparaban a cientos de indios que gritaban a su alrededor y disparaban sus arcos y flechas.Daban dos películas,la primera del oeste y la segunda de una fantasía científica;yo no despegaba la mirada de la pantalla y solo lo hice al escuchar y ver pasar un hombre entre las filas de asientos ,con un pequeño cajón delante de su estomago sostenido con unas correas enrolladas en su cuello,mientras parecía rezar una oración que decía:"besitos ,maní,turrones,chicles, mentas, cigarrillos,fósforos".Mi papá me preguntó si quería algo y yo dije que nó,pensando que me perdería muchas cosas buenas de la película por estar comiendo.
Luego de un par de horas,en la pantalla volvieron a aparecer las mismas escenas que cuando entrabamos y entonces mi papá dijo:eso ya lo vimos-y se levantó y me indicó que buscáramos la salida.
Afuera,el día parecía esplendoroso contrastando con la oscuridad de dentro del teatro.Un pequeño repaso de las carteleras dió mi papá, como despidiendose y entonces pude leer despacio,mientras papá esperaba el resultado:trooonar de taaaammbores,la máaaquiina del tieempo.mi papá aprobó mi ejercicio de lectura y me felicitó,más yo nunca le dije que me acababa de enamorar por primera vez,de la actriz de la segunda película,tan inalcanzable como la fortuna que papá buscaba en el 5 y 6.
Llegamos a casa y mi papá le enseñó a don Francisco la copia sellada del formulario y él le dió un vistazo y con un "a ver si nos toca" se despidió de papá.
Al día siguiente ,domingo,mi papá no se despegaba del viejo radio cuando empezó la trasmisión de las carreras y los comentarios previos,mientras don Francisco hacía lo propio en su casa.
Cada cierto tiempo,mi papá salía al antejardin y se encontraba con el vecino y a medida que pasaban el tiempo y las carreras,lo hacian con unas sonrisas más amplias,pues según decían estaban cogiendo los ganadores de las carreras.
A eso de las seis de la tarde,mi papá y don Francisco no se vieron más en el antejardin sino que entraron en nuestra casa,llenos de nervios;detrás de ellos entró misiá Adalgiza la esposa de don Francisco, que lanzaba pequeños gritos ahogados de "somos ricos, somos ricos",ante las llamadas de atención de su esposo para que dejara la bulla.
Mi mamá se sumó a la reunión y entonces supimos el motivo de la improvisada reunión:habían cogido 5 ganadores y según don Francisco era muy difícil que aparecieran 6 aciertos,pues según los pronósticos que el había visto en "la meta",la revista especializada en pronósticos hípicos y los comentarios de un señor de apellido Amor,habían sido "palos"algunos de los ganadores.
De cumplirse los vaticinios y premoniciones,mi papá,don Francisco y sus familias,tenían muy seguro su cambio de denominacion;ya no seríamos "pobres",pues tendríamos plata suficiente para comprar una libra de manteca en lugar de las cuatro onzas del diario,o quizá mejor aun, podríamos comprar aceite,un liquido que ya se usaba en las casas de los ricos para freír y cocinar, y también seguramente "papel higiénico" para reemplazar los recortes del periódico,si, definitivamente el futuro lucía esplendoroso,como lo había sido a la salida del teatro imperio.
Pasaron las horas y mientras yo preguntaba insistente a mi papá si me compraría una bicicleta Monark o un balón Soria del número 5,don Francisco y mi papá hacían cuentas de cuánta plata le tocaría a cada uno;alcancé a escuchar que quizá de a 2000 pesos y esa cifra me sonaba a mi, a ciencia ficción pero sin Ivette Mimieux,mi reciente amor platónico.
A eso de las 9 de la noche,cuando al parecer terminaban los escrutinios,mi papá,don Francisco y su esposa,contaban con al menos 3000 pesos para cada familia.
Ahora tocaba esperar el día siguiente y mi papá pensaba en que disculpa dar en el trabajo para obtener un permiso el día miércoles,cuando supuestamente pagaban los premios.Esa noche,mis hermanas,mi mamá junto a papá y a mi,no parábamos de mencionar lo que nos gustaría tener;unas y otros soñamos muchas cosas bellas;mi papá solo hablaba de repellar la casa, hacer varias piezas más,las tapias para cerrar el lote y quizá hasta segunda planta,mientras yo agobiaba con mi bicicleta Monark de turismo y mi balón soria número 5.
El lunes en la tarde,don Francisco entró en nuestra casa con un periódico en sus manos,su rostro descompuesto por la rabia y la impotencia;mi Papá estaba por llegar de su trabajo y mientras le esperaba, al vecino que nunca se le había escuchado "malas palabras",le escuchamos decir:"son unos bellacos,sinvergüenzas,unos...malparidos".Luego de disculparse por su vocabulario y precisamente cuando papá entraba en casa,explicó la causa de su rabia y sus palabrotas:Cómo le parece vecino,aquí en el periódico informan que los funcionarios administradores del 5 y 6 ,encontraron varios formularios con 5 aciertos y uno solo de 6 con marcador,que se habían quedado pegados en las paredes de los cajones donde se guardan los originales de las apuestas.!!Ésto no se lo cree ni la madre de ellos!!.Mi papá se sentó en silencio y preguntó:¿Y al final don Francisco, cuanto nos toca?-si acaso de 500 pesos para cada uno!.Mi papá solo acertó a decir:!bueno vecino,que se puede esperar en un país como el nuestro!;!son unos bellacos desgraciados! finalizó don Francisco;curiosamente, esas mismas frases y esa misma frustracion,les escucharía varios años después,también ante un escrutinio que cambió de forma milagrosa en una noche y burló los sueños y las esperanzas de muchos, y aunque no era de caballos como ese de aquel día,si estaban involucradas otras bestias.
Al final,a papá solo le alcanzó para repellar las piezas y enmosaicar la sala;el aceite para freír y cocinar,el papel higiénico,mi bicicleta Monark turismo ,mi balón Soria del número 5,se esfumaron como mis sueños de amor con Ivette Mimieux,todo por una cabeza,pero no de "un noble potrillo" sino de uno o varios sinverguenzas con el poder para trazar los destinos de muchos ciudadanos.

sábado, 3 de abril de 2010

PAN DE CINCO






Siempre ,mientras jugábamos a la vuelta a colombia, al cuadro,el bombo o las rajas en algún rincón del anden frente a mi casa,aparecía él."Pan de cinco",le decían,un niño apenas algo mayor que cualquiera de mis amigos de juegos,pero que a diferencia de todos,tenía en su cara ,en su piel las marcas de su vida en las calles,al igual que en su vocabulario.Casi todos los padres,sentían cierta aversión a que compartiéramos con él,pues decían que "tenía más mundo que san benito".Su apodo provenía de su costumbre diaria,luego de terminar de vender los periódicos o trasportar algún canasto con mercado,llegar hasta la tienda,comprar un pan de cinco,un dulce de guayaba y una cola-cali,abrir el pan meter en medio el dulce y morder un trozo y pasarlo con la bebida,una anilina embotellada.Nadie conocía su verdadero nombre y no se tenía muy claro su lugar de residencia.A pesar de todo lo que jugaba en su contra,yo le admiraba por su seguridad y tranquilidad ante la vida de la calle,que a la mayoría nos inquietaba y atraía; también sentíamos cierta envidia pues él siempre tenía para comprar trompos,bolas y demás chucherías.

Nunca participaba en los juegos,además de que nunca le invitábamos, porque a él le gustaba más vernos jugar y darnos indicaciones o reírse de nuestras fallas.

Cierta vez, ante mi pregunta -¿vos de donde sacás plata?-me respondió:Yo trabajo,mijo!,trabaje pa que tenga plata para sus juegos y mecato!

Y la recomendación no se quedó ahí,pues un día me propuso un negocio;se lo comenté a mi papá y él junto a mi mamá escucharon mis razones y después de cantaleta,recomendaciones y la advertencia que si descuidaba el estudio todo acababa,Pan de cinco y yo montamos nuestra empresa:fabricábamos chuspas de papel periódico para vender en la galería a los vendedores de
frijol,alverja,ulluco y hasta papa amarilla.Pan de cinco conseguía los periódicos y en mi casa mi mamá nos hacia el engrudo;trabajábamos desde las nueve de la mañana hasta antes de irme para la escuela y al dia siguiente de la fabricacion,salíamos para la galería con varias docenas de chuspas y al final de la venta repartíamos las utilidades;en adelante,yo también tenía para comprar juegos o reponer el trompo que me destrozaban en las rajas.

Pasados varios dias,mi socio no volvió a aparecer y yo continué buscándome los periódicos,fabricando las chuspas y vendiéndolas y claro, ganando más pues trabajaba más.

Luego de casi dos meses de la extraña ausencia de mi ya ex-socio,nos llegó una noticia que nos atemorizó mucho a mis padres y a mi y con el tiempo a toda la ciudadanía:pan de cinco, había aparecido asesinado y violado en un mangón detrás de la Garantía y su asesinato se terminó asociando con otros que ya habían sucedido en la ciudad.

A partir de ese día,mis padres me ordenaron liquidar la empresa,pues el temor ya se había apoderado de la ciudad y ningún padre responsable permitía que sus hijos se desplazaran solos a la escuela u otro lugar.Yo, sentí mucha pena tanto por los ingresos que dejé de percibir como por el final de ese niño que me había enseñado tanto sobre la supervivencia,el carácter,la decisión y que pasó en un momento de vender miles de periódicos con noticias de seres anónimos, a ser protagonista de una más,y porque quizá la página con la foto de su cuerpo tirado en un basurero,serviría para envolver algún alimento,en esa ciudad donde los pobres le daban tantos usos a los periódicos inservibles.Siempre le recuerdo, más ahora,cuando abundan los Pan de cinco y con los periódicos no se pueden hacer chuspas.





miércoles, 3 de febrero de 2010

LAS COSAS DE LA NATURALEZA.








A la hija de don Pedro la sorprendieron en compañía de Chepe,un muchacho que vivía por la avenida,cuando jugaban al papá y a la mamá detrás de un cerco de guadua que tenía la casa comunal.La mujer de don Pedro le comentaba a mi mamá ese suceso,mientras yo jugaba y escuchaba muy cerca de ellas.Decía la señora que ya les habían dicho que su hija, de apenas 13 años,tenía la naturaleza muy alta y tanto don Pedro como ella sufrían mucho,pues cualquiera podría aprovecharse de su hija;decía también, que le habían recomendado darle unos fuetazos con unas ramas de verbena para bajársela-la naturaleza- y que por unos días parecía dar resultado pero luego volvía a subirsele y entonces ocurrían situaciones como había pasado con Chepe.La señora comentaba que no sabían a quien había salido así su hija, pero que seguro era a Pedro, pues ella era más bien fría,y en cambio Pedro,cada rato tenía ganas de eso,además de su genio volao.Lo escuchado en la charla sumado a mi inocencia y lo que se comentaba que ya había contado Chepe a unos muchachos mayores,diciendo que él le había metido la mano por los interiores a la hija de don Pedro y que había sentido como si fuera musgo,de ese que le ponían a los pesebres,me formaron una tremenda confusión, y me imaginaba que si ese musgo del que hablaba Chepe era la naturaleza de la que hablaba la mujer de don Pedro,entonces un día estaría allí donde siempre imaginaba que estaba y otro,más arriba o más abajo,dependiendo del efecto de la verbena.
Pasaron los meses y la gente de la cuadra sabía que Chepe y la hija de don Pedro eran novios y se veían en el parque y se comentaba que seguro seguían jugando al papá y a la mamá, aunque el papa y la mamá de ellos parecían no saberlo.

Un sábado,los muchachos más grandes estaban jugando un partido en la calle y algunos vecinos les miraban y hasta se divertían con las jugadas y caídas,cuando de pronto, desde la casa de don Pedro se escucharon gritos y palabrotas de él, y llanto de su mujer;casi inmediatamente, salió don Pedro sin camisa y con una peinilla en la mano,y como un rayo se dirigió hacia el sitio donde Chepe,sentado,veía jugar.Éste, prevenido por los gritos anteriores,se puso en pie y corrió a coger las piedras que oficiaban de portería,y con una en cada mano se enfrentó a don Pedro, que gritaba y lanzaba insultos como loco.

Algunos de los vecinos le trataban de convencer para que no fuera a cometer una bestialidad y él respondía que "iba a matar ese hijueputa,que le había perjudicado a su hija".Un buen rato pasaron don Pedro y Chepe, uno frente al otro,separados por unos metros y temerosos el uno de las tremendas rocas y el otro de la peinilla,insultandose.Ante las injurias de don Pedro,Chepe le aseguraba que el "pensaba responderle a la pelada",pero que así braviado,ni puel putas.
Al final,no se sabe si por los ruegos de la esposa,los gritos de la hija,los consejos de los vecinos o el tamaño de las rocas,don Pedro se metió a su casa,Chepe cogió para la avenida y el partido se acabó.

La vida en la calle continuó, y poco a poco, Chepe se fue acercando más y más a la casa de don Pedro,que veía mejor esa relación que parecía crecer a la par con la barriga de su hija.Chepe consiguió trabajo de mensajero en la oficina de un abogado en el edificio Zaccour y terminó viviendo en la casa de don Pedro,respondiendo por su hijo y de paso mejorando la economía de la casa,pues los mercados eran más grandes. Al parecer todos habían salido ganando,menos don Arturo, el de la tienda,pues de la casa de don Pedro no volvieron a fiar.Luego de nacido el niño,se empezó ver a don Pedro, cargandolo después que lo bañaban, al niño,en el antejardin de su casa,viendo los partidos de los muchachos en la calle,dándole de vez en cuando alguna voz de aliento a su yerno,Chepe,mientras los vecinos comentaban en voz baja que "a don Pedro, el nieto lo había aguevado,lo tenía chocho y le había mermado su naturaleza violenta".El caso fue que la vida se encargó de poner las cosas en su justo lugar,incluida la naturaleza,y deshizo en mí la confusión,pero despertó al tiempo la manía de en los diciembres, ir a las novenas de navidad,no tanto para rezar y recibir bananas,sino para pasar la mano por el musgo del pesebre.











sábado, 2 de enero de 2010

VECINO,VENGA LE DIGO..



La familia estaba formada por el esposo don Arquimedes,su esposa doña Rosa,dos hijas y cuatro hijos.Llegaron como todos al barrio con pocos enseres y muchos sueños;el esposo creó y entrenaba el equipo de fútbol de la cuadra,bebía,trabajaba y ponía música cubana los fines de semana a suficiente volumen como para que en mi casa se escuchara y disfrutara.



Era una familia como tantas otras,pero llegó a sobresalir por el carácter alegre del padre,la belleza física de su esposa y sus dos hijas y años más tarde por la violencia y crueldad de tres de sus cuatro hijos varones.



Al poco tiempo de haber llegado al barrio ellos y de haber conformado el equipo de fútbol,la esposa de don Arquimedes enfermó repentinamente y no salía más que a la ventana,privando a los vecinos de admirar la belleza de sus facciones,las que algún vecino comparó en su momento con las de una actriz de cine llamada Gina Lollobrigida;la señora se fue confinando más y más hasta que llegó el momento en que solo escuchábamos en las noches sus gritos de dolor y los comentarios sobre la enfermedad que la consumía:cancer en la matriz.Decían los mayores que sus dolores eran de tal magnitud, que ni la morfina que algunas veces lograban conseguir para aplicarle,los calmaban.



Pasaron algunos días, quizá un mes o más,hasta que los sufrimientos de doña Rosa,su esposo y sus hijos e hijas,cesaron;murió la señora más bonita que había llegado al barrio, su esposo se sumió en el licor,se terminó el equipo de fútbol,las hijas consiguieron marido y tres de sus hijos cayeron en la droga,el atraco y hasta el asesinato.



Los dos menores, apenas abandonando la infancia mal vivida,ya arrastraban su fama de violentos y peligrosos con el cuchillo,en las noches de las calles mal alumbradas de nuestros barrios.Cayeron varias veces a la cárcel y así fueron creciendo en lo físico y su fama de matones.



Muchas veces,al amanecer y cuando papá salía a su trabajo mientras mi madre le despedía en la



puerta de casa,se los topaba sentados en el borde de la calle,bebidos o lleno su cerebro de humo;entonces le pedían a mi papá un cigarrillo o a mi madre un poco de café; mi padre se había ganado el respeto para él y nuestra familia de ellos y otros muchachos pendencieros, con el dialogo cuando admitían dialogo o de ser necesario, con actitudes decididas y tan agresivas como las de ellos;nuestro barrio era como una versión micro de ese oeste que nos llegaba con el cine y papá estaba conciente de ello;siempre nos inculcaba el respeto a los demás pero así mismo,el valor para exigir el que nos merecíamos;jamás fuimos victimas de las fechorias de los hijos de don Arquimedes,pues al contrario,cuando eran heridos o golpeados,al carecer de madre o padre donde acudir,acudían a donde mi madre para recibir alguna curación o un poco de alimento,además de la eterna cantaleta para que se alejaran del vicio y la vida delictiva;siempre le prometían a mi madre o mi padre que tomarían al pie de la letra sus recomendaciones,pero su promesa duraba lo que la curación o el vaso de café con tostados en algún amanecer.



La noticia de su muerte llegó a la calle del barrio como se acostumbraba,en la boca de alguien que venía de la galería;causó algo de tristeza en quienes habían visto su infancia y entre quienes habíamos compartido juegos con ellos,en su padre bebedor y en sus hermanos y hermanas,pero innegablemente también un poco de descanso en todos, al sentirse liberados de la tensión y temor que generaban en el vecindario.



Poco tiempo duró el periodo de descanso,pues se empezó a vislumbrar una figura que reemplazaría si no en todo, si en gran parte a esos dos niños-hombres fallecidos a machetazos y puñaladas en una obscura calle de nuestro barrio;el personaje era un hermano mayor que ellos;atracaba y apuñalaba sin compasión a quien se atravezara en su camino,siempre lejos de nuestra calle,a la que llegaban noticias casi a diario de sus fechorias;al igual que sus hermanos,una vez lo encontró mi madre recostado al cerco de gudua del antejardin,medio muerto,con la camisa pegada al cuerpo con la sangre reseca;con la ayuda de una vecina,le limpiaro las heridas y le curaron:tenía la frente rajada con un corte que dejaba ver el hueso;contó que se la había causado un policía furioso porque al detenerlo en una esquina y exigirle plata para no llevárselo en la patrulla,él les había dicho que trabajaran y dejaran de ser chupa sangre,que por lo menos él se arriesgaba a que lo mataran para conseguir su plata, pero ellos eran peor pues querían vivir de los frutos del trabajo ajeno;contó que le habían dado una paliza y uno de ellos le golpeó la frente con la culata del revolver,lo llevaron a un mangón y no le mataron porque uno de los integrantes de la patrulla se opuso;luego de curado,al parecer por los consejos de mi madre y alguna otra vecina o el recuerdo de la muerte de sus hermanos,el muchacho fue abandonando su vida delictiva,y se limitaba a fumar en el antejardin de su casa y vivir de lo que le proporcionaban sus hermanas y algún vecino, al que se acercaba siempre con un tradicional "venga le digo vecino",que terminaba en la eterna charla de su decisión de alejarse del delito y el pedido de la "liguita" que no pasaba de ser dos o tres pesos para un pan y una gaseosa en la tienda de don Arturo.


Los años pasaron para todos,incluso para él,y envejecido y aquejado por las consecuencias de vicios y privaciones,recuerda al calor de un trago de "brandy la corte",recostado al poste de la luz en el amanecer de cualquier domingo,a una madre que era tan bonita como Gina Lllobrigida y la mató un cancer,a un padre que le gustaba la música cubana y le mató el alcohol, a unos hermanos que siendo casi niños, los mató el desamor, y se alista para decir su oración al vecino más madrugador:vecino, venga le digo.....