viernes, 16 de agosto de 2013

EN EL BAR DE LOS DESDENTADOS

Me lo topé justo a la salida de una estación de metro en el norte de Bruselas;al frente de él una plaza de regular tamaño por donde cruzaban varias lineas de tranvías y buses en un aparente caos que sin embargo presentaba un trafico fluido;al otro lado de  la plaza,una iglesia de puertas enormes,como bocas ansiosas de engullir los transeúntes.
Era la tarde-noche de un sábado de otoño,triste y melancólica,quizá solo para mi,solo en una ciudad fría y oscura y para colmo habitada por personas que hablaban otro idioma.
Había salido a caminar,sin un rumbo determinado aunque internamente deseando encontrar un lugar donde sentarme a tomar un café o una cerveza y ocupar mi mente en algo que no fuera recordar mi ciudad,mi  familia.
Observé la entrada del lugar y entendí que había llegado justo a uno de esos sitios donde se puede encontrar la esencia de una ciudad,lejos de los estereotipos  vendidos por las agencias de turismo.Desde la puerta,busqué con la mirada una mesa libre y no la encontré;desconsolado,giré para volver a la calle y entonces escuché algo como:!Hey,monsieur,venez ici!.Busqué de que sitio provenía la voz y lo ubiqué ayudado por los gestos que una mujer y un hombre hacían con sus manos en alto.Dudé un poco,temeroso ante mi poca comprension del idioma pero al tiempo la curiosidad por lo que podía encontrar y hasta aprender me ayudó a vencer los temores y caminé hasta la mesa sintiendo muchas miradas sobre mi;en esos escasos segundos experimenté las sensaciones que quizá acompañarian a  un chino caminando por las calles de mi barrio en Cali.
Saludé y tomé asiento.Me dieron la bienvenida,me preguntaron de donde era y que quería beber,casi todo al mismo tiempo pues tanto el hombre como la mujer se esmeraban en atenderme.Me excusé usando mas la intuición que el conocimiento del idioma ,por mi dificultad para comunicarme;para mi alegría y descanso,la mujer hablaba algo de español y le informó a su acompañante sobre mis escasos recursos idiomáticos.El hombre sonrió y trató igualmente de articular algo en español pero él definitivamente estaba aun mas limitado con el español que yo con su idioma nativo.
Continuamos conversando, si así se puede llamar a un intercambio de frases mutiladas unas veces y extendidas otras,pero casi nunca exactas tanto en mi francés como en su español;esta situación se hizo jocosa y sirvió mas para unirnos y motivarnos a continuarla que para terminarla.La mujer, quien resultó ser amiga del hombre, me informó que colaboraba periódicamente con una institucion no estatal que brindaba apoyo de variadas formas a los inmigrantes.!se me había aparecido la virgen!;brindamos por esa feliz coincidencia,y me instaron a prepararme para escuchar una orquesta que empezaba a organizarse dentro del bar;estaba compuesta por cuatro hombres de cabello largo y mayores de sesenta años, según me informaron mis acompañantes;cuando escuché los primeros acordes, quedé impresionado gratamente y aunque el cantante lo hacia en francés,el ritmo de sus melodías me recordaron a los ventura,viejo grupo norteamericano;En medio de la fiesta, observé algo muy peculiar entre los asistentes:varios de ellos,los que presentaban una indumentaria mas sencilla en su vestir, algunos casi de habitante de la calle,carecían de dientes,unos de algunas piezas y otros definitivamente !competían con  cualquier pajarito!.Ante mi curiosidad y adivinando mis pensamientos,Monique,que así se llamaba la compañera de mesa,me informó:son clochards,vagabundos,gente que vive en la calle, duerme en las estaciones de metro y rechaza los albergues y sus normas.  la fiesta fue subiendo de ritmo y los clochards empezaron a bailar, unos solos y otros en compañía,mientras los otros clientes festejaban y se divertían sin que dieran la mas mínima muestra de repudio o asco, situación que me llevó inevitablemente   a recordar las reacciones que  una situación como esa provocaría en  los clientes y propietarios de cualquier sitio como este en mi ciudad.
Al regresar a la mesa,después de utilizar el baño,los acordes iniciales e inconfundibles de "mujer de magia negra" de Carlos Santana,me impactaron y mi asombró creció cuando el cantante de la orquesta,se dirigió a mi y con él las miradas de todos los clientes,anunciando que era un pequeño regalo de bienvenida para "el amigo americano",hice un gesto de aprobacion y agradecimiento y me dispuse a disfrutar del tema;al finalizar,aplaudimos durante largo rato y mis amigos me informaron que seria de buen gusto brindar algo de beber a los músicos,algo que me puso nervioso dado lo flaco de mis bolsillos,pero al momento Monique y Jean(el amigo),me tranquilizaron pues ellos patrocinarian mi brindis.
Cerca de la media noche cuando la orquesta se había marchado,llegó la hora de la despedida de mis casuales amigos con la promesa de volvernos a encontrar y la invitacion de Monique para que me acercara a la ong y poder colaborarme en algunas cosas.Luego, al salir del bar en medio de los clientes que aun seguían en él,observé el gesto amable de los clochards,quienes me decían adieu mientras me sonreían con sus bocas vacías.
Las visitas a la ong,me sirvieron de mucho,tanto que terminé ennoviado con Monique con quien disfruté después muchas noches de cerveza y música y clases de francés,clases que iniciábamos y terminabamos señalando puntos de nuestra anatomía;por causas de su trabajo y estudios,las noches de cerveza, música y clases de francés que compartia con Monique,se fueron haciendo cada vez mas esporádicas,hasta desaparecer;continué sin embargo,compartiendo cervezas con los clientes del bar de los desdentados y les hice a unos y otros, un pequeño espacio en mis recuerdos;cuando estoy en cali, me parece que les veo por los alrededores del calvario,pero a Monique, nunca la he visto.