martes, 2 de diciembre de 2008

El studebaker de cenicienta

Gloria era una de las jóvenes más bonita de la cuadra o quizá la más bonita.Huérfana de padre y con una madre enfermiza y una hermana de pocos años que tenía toda la apariencia de una viejecita en miniatura y que sufría una enfermedad desconocida por los médicos ;su casa era un ranchito de dos cuartos,una pequeña sala y un trozo de patio.Los muchachos de la calle que empezaban a "jovenciar" se disputaban el atraer su atención en cada oportunidad;poco o ningún tiempo tenía Gloria para compartir el baile y las reuniones con las demás mujeres de su edad;siempre estaba ocupada en algún oficio que pudiera proporcionarle el sustento a ella y su familia.Su mamá se preocupaba por enseñarle los secretos de lo que había sido su oficio por décadas y que le había dado la mano cuando su esposo falleció;consistía en aprender a lavar toda clase de ropa, a aplancharla y el secreto mayor,el saber el arte de almidonar cuellos y puños de las camisas blancas que acostumbraban a usar los doctores dueños de las casas de los barrios de la "haig", donde ella había invertido años de vida trabajando como entrera,que así se llamaba a la mujer que realizaba todos los oficios de dentro de una casa.


Éste arte era muy apreciado por los patrones a la hora de dar trabajo;muchas mujeres de la clase popular trabajaban en las casas del centro pero con preferencia en los barrios como Juanambú,centenario,granada y San Fernando.




Gloria y más que nadie su madre veían en éste aprendisaje la oportunidad de conseguir un buen trabajo;empezó entonces a verse a Gloria partir muy temprano en la mañana hacia alguno de los barrios mencionados a ganarse el pan con el sudor de la frente, como decian que dijo el creador y como aun dicen que dijo.


Gloria jamás dispuso de tiempo para estudiar como no fuera hasta el segundo año de primaria,durante el trascurso del cual murió su papá viendose impedida de continuar.La barra de muchachos seguía a la espera de conocer quien sería el afortunado conquistador del amor de gloria, quién disfrutaría del sueño de su belleza.Era un momento casi sublime ver a Gloria llegar los sábados en la tarde cargada con cosas que compraba para su hermanita,su mamá y ella misma con el producto de su trabajo;contaba su mamá que los patrones estaban muy contentos con Gloria pues siendo tan joven,superaba a cualquier mujer mayor en habilidad para almidonar cuellos y puños de la camisa del señor,había aprendido el arte secreto del trabajo femenino popular.


Un sábado en la tarde,el desfile sublime de Gloria por la calle de barro en invierno y polvo en verano,fué reemplazado por el de un carro de ensueño,que solo conocían algunos habitantes del barrio y entre ellos más que nada la mujeres,pues eran comunes en los garajes de las casas donde trabajaban;era un carro gordito,lustrosos,con asientos de color crema que daban ganas de lamerlos.Llegó hasta la puerta del rancho de Gloria y familia;estuvo detenido varios minutos sin que ella se bajara;cuando lo hizo por fin,debió soportar el peso de las miradas de los vecinos;tomó sus paquetes sabatinos y se adentró en su rancho de prisa.


A partir de ese sábado,cada fin de semana ,el desfile del Studebaker era toda una ceremonia;el señor que lo conducía jamás se bajaba,nadie le podía ver de cuerpo entero.Los rumores de todo tipo no se hicieron esperar y así, cada vez que la mamá de Gloria llegaba a la tienda para hacer el mercado diario,las otras señoras guardaban silencio,un silencio incomodo.


Alguna vez, durante las visitas sabatinas del señor del Studebaker,un aguacero de esos de padre y señor mio,nos dió la oportunidad a los más pequeños,de ganarnos unos centavos;cuando el señor propietario encendió el carro para marcharse,se enteró que el pavimento se había puesto muy blandito y cuando aceleraba,patinaba y se hundía en el lodo;luego de mucho intentar,el hombre cruzó algunas palabras con Gloria y ella a su vez lo hizo con los cinco o seis muchachos que revolotiamos alrededor del carro, y nos pidió lo que ya esperabamos:que le ayudaramos a empujar el Studebaker hasta la calle diseñada como futura avenida,la cual tampoco tenía pavimento pero si una buena capa de rocamuerta,que permitiría al carro y su dueño escapar de la cárcel de barro;luego de lograr lo propuesto,el señor se marchó con su carro y Gloria nos entregó de su parte, una buena propina para cada uno por los servicios prestados.En adelante,el hombre se fué haciendo un visitante asiduo,que se bajó un día del carro y permitió exclamar a más de una vecina que !era un señor mayor que Gloria, pero simpatico!.


Un día de semana,llegó hasta el rancho de Gloria otro carro casi tan bonito como el studebaker,del que se bajó una señora muy elegante,que durante unos pocos minutos conversó con la mamá de Gloria y luego se marchó en el carro,que además tenía un hombre como conductor.A partir de ese día, Gloria dejó de madrugar, y ya no se le vió desfilar los sábados por la calle de barro o polvo, con sus compras de fin de semana,pero en cambio,el señor del studebaker ya no faltaba a su cita diaria y de fin de semana;en la tienda se filtró un rumor que hablaba de que la señora que había visitado la casa de Gloria, era nada menos que la esposa del señor del studebaker y patrona de Gloria, que le había comunicado "lo sinverguenza que era su hija,que había logrado embaucar a su esposo para aprovecharse de él y deslecharlo,creyendo que él le cambiaría a ella su esposa legitima, por una vulgar sirvienta"pero que ya se le pasaría el embeleco y la dejaría tirada para que despertara de su sueño.


El caso es que después de un par de años de visitas diarias,el señor del studebaker, mientras se tomaba una cerveza en la tienda, anunció que "si sabian de alguien interesado en comprar la mejora de Gloria,les avisaran" pues ella ,su hermana y mamá se irian a vivir con él a un barrio mejor.


Y Gloria, su hermana y su mamá se marcharon del barrio hacia una vida mejor y los jóvenes de la cuadra se quedaron con sus sueños truncos de disfrutar la belleza de gloria, y los habitantes de mi ciudad sin distingo de clase,continuaron su búsqueda diaria de aquello que necesitaban para ser felices y sobrevivir,aún en lugares donde los cánones indicaban que no debería hacerse.











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domingo, 9 de noviembre de 2008

El niño dios

En mi infancia,me causaban especial deleite los dias nublados, grises, que presagiaban lluvia pues luego de la lluvia disfrutaba jugando en los charcos aunque corriera serios riesgos de ser castigado.Ahora, durante los dias grises,frios y lluviosos del otoño en éstas latitudes,se adentra en mi espiritu ese virus llamado nostalgia,que arrasa, que trasporta a épocas quizá con más carencias materiales pero pletóricas de momentos felices y sencillos.
Al acercarse la navidad,su espiritu se sentía en el ambiente y como todo niño, empezaba a fabricar sueños en mi mente sobre aquello que me gustaría recibir el día del niño dios;inmerso en la inocencia soñaba, pero acostumbrado a las carencias intuía que todo podría quedarse en meros deseos e ilusiones.
Casi siempre papá llegaba el último día con algo de dinero para comprar comida,algo de ropa o juguetes, pues en sus trabajos, la "prima" siempre llegaba a última hora,eso cuando tenía trabajo.
Un día de navidad,al despertar,encontré de regalo de niño dios, un camión de cabina de latón y color azul,con cajón de madera;me invadió la alegría natural e inmediatamente empecé a jugar con él y ayudado por mi papá, le até una piola delante para arrastrarlo,pues aun no se le permitía a los juguetes el moverse por si mismos.
Pasados algunos días,un compañero de juegos insinuó que mi camión era casi identico al que había recibido el año anterior de parte del niño dios y pensé que algo de razón tenía,pues al cogerlo entre mis manos sentía como si sus formas estuvieran "hechas a mis manos".
Un día, expontaneamente,mientras mi papá me ayudaba a reponer la piola con la que tiraba del camión le dije que ese camión se me parecía mucho al que había tenido el año anterior;mi papá no dudó en darme la explicación:el niño dios se dió cuenta que usted quiere mucho ese carro del año anterior y quizá por eso le trajo uno muy parecido!
De ésta manera mi papá se libro de la comprometedora explicación que incluiría el saber que debido a la dificil situación económica que nos rondaba constantemente, había tenido que pintar de otro color el carrito que me había comprado el año anterior y de paso destruir la ilusión de la existencia de un ser superior, arraigada en mi cerebro infantil.A mí me bastó la explicación y agredecí el conocimiento y la sabiduría del niño dios,quien siempre estaba pendiente de mi felicidad y alegría.A partir de ahí,disfruté mucho mi nuevo camión y de paso busqué infructuosamente el antiguo para organizar alguna competencia;viendo mi afán en la búsqueda y mi extrañeza por no encontrar el anterior juguete,papá hizo de nuevo la claridad en mi mente:el niño dios se lo llevó para entregarlo a otro niño muy pobre!;aquel año mi felicidad fué doble al imaginar que en algún lugar de mi ciudad, otro niño sería tan feliz como yo!.




domingo, 2 de noviembre de 2008

La Pila






Estaba ubicada en alguna zona despoblada del barrio.Consistía en una pequeña pared de cemento con tres o cuatro grifos en cada una de sus caras.El agua la recogian los habitantes del barrio en cualquier cosa que pudiera hacer las veces de recipiente:desde una olla de alumnio,hasta tarros desocupados de leche, pasando por las latas de manteca, que definitivamente se pusieron de moda ,por lo menos hasta mediados de los sesenta cuando se empezaron a importar mercancias en recipientes de plastico,que luego de usadas, dejaban sus envases libres para usos diversos de la población.

La hora en que "llegaba el agua",era siempre muy entrada la noche, cuando los vecinos empezaban a dejar sus recipientes "haciendo cola".Cuando mejor y más rápido se llenaban los recipientes era en las horas del amanecer, por lo que a eso de las cuatro de la mañana las filas se empezaban a formar;el irrespeto al turno de cada persona era causante de continuas y violentas peleas,pues como siempre, no faltaban los avivatos que querian dormir un poco más y desocuparse más rápido, saltandose el turno,corriendo disimuladamente hacia atras algun balde,lata,o tarro que se encontraba antes que el propio.

Mi papá,antes de irse a trabajar o a buscar trabajo segun el caso,hacia varios viajes con las latas de manteca,de aproximadamente quince litros,y las vaciaba en una caneca metalica que se encontraba en el patio de la vivienda;de ésta agua bebiamos, cocinabamos, y nos aseabamos;mi mamá, conciente del esfuerzo de papá para hacerse al preciado líquido,juntaba la ropa sucia en una sabana, y esperaba alguna tarde para junto con alguna vecina y en compañia de sus correspondientes hijos, caminar hasta cañaveralejo,que en ese entonces tenía un caudal respetable, y allí lavarla mientras conversaba de sus sueños, sufrimientos y alegrías y los niños aprovechabámos para divetirnos bañando en el rio.

El viaje hasta la pila y desde ella con cualquier recipiente cargado de agua, era una tortura,por las horas de espera,las distancias;los momentos más dificiles aparte de aquellos cuando la presión del agua disminuía hasta convertirse practicamente en un goteo,eran aquellos durante el invierno;las calles alumbradas precariamente con pequeños bombillos de luz amarillenta,convertidas en lodazales se hacian intransitables y convertian el viaje hasta la vivienda en una odisea;algunos resbalaban y veian como el fruto de todo su esfuerzo se confundia entre la hierba, el barro, algunas risas y sus propias maldiciones.

El esfuerzo de buscar el agua era apenas el inicio de una cadena de luchas cuesta arriba,desmesuradas,que solo la capacidad de soñar, que nunca abandona al pobre,hacía posible enfrentar dia a dia;durante la espera en la fila de la pila,los comentarios hacían siempre referencia a cuan lejos o cerca estaría el día en que el agua llegara hasta las casas como ocurría en los barrios del centro;cuando tendrían un verdadero alumbrado, y si quizá algún dia sus calles tendrían un pavimento que no se derritiera con la lluvia.

Ante tanta necesidad,ante las carencias abrumadoras,algunos niños alentados por ellas, se inventaron una forma de conseguir algunos centavos:con una guadua larga construian un artefacto que servia para trasportar las latas con agua;en uno de sus extremos incrustaban un eje de hierro para dos ruedas y en el cuerpo de la guadua algunas amarras con un gancho de hierro de los cuales pendian las latas y recipìentes de quienes por una u otra causa no tenian fuerzas suficientes para trasportarles:las mujeres embarazadas,los más ancianos.Algunos con vision de empresarios,poseian hasta tres "vehiculos" que los convertian en "trabajadores independientes";otros con menos creatividad se convertian en cargadores, quienes provistos de un trozo grueso de tela, lo colocaban en su hombro como protección y así trasportaban las latas con agua.Había quienes se dedicaban a reunir latas de manteca,limpiarlas cuidadosamente y ponerlas a la venta;alrededor de una carencia surgía la oportunidad de subsistencia.recordando éstas situaciones, no deja nunca de causar malestar, las voces que pregonan aquello de que a los pobres les gusta todo regalado.Ya desde hace cuarenta años o más, los "independientes" hacian cola alrededor la pila".


miércoles, 3 de septiembre de 2008

QUE CUARENTA AÑOS NO ES NADA....?

antiguo puesto de cabal,el de los conos
El fundador ,no confundir con "refundador"

!mujeres!


la ceiba centenaria




La iglesia del padre Cohen



La actual y triste entrada.Más parece la de una cárcel de maxima seguridad.











Decidí volver al colegio que más he querido y recordado :Santa Librada;recorrer sus pasillos,sus sitios tan especiales con una emoción casi infantil ante un descubrimiento.
A todo momento creía ver salir de sus salones a aquellos compañeros de sueños juveniles.
¿Dónde están los muchachos de entonces?barra vieja de ayer,dónde está?¿qué se fixieron? .se habrán marchado unos muertos y otros vivos que tendrían muerta el alma?
Creía verles a todos;a los más pepas para el estudio,a los de más estudio para las pepas,a los juiciosos,a los incorregibles,a los callados, a los habladores.Qúé fué de los Beltran,los rivas, los Martinez, los Lopez?Habrán cumplido sus sueños?ojalá que sí.
Recorriendo el mismo camino de asfalto que rodea las instalaciones descubrí de nuevo la piscina,la iglesia,la rotonda, la rectoria,el coliseo,la cancha de footbol, y descubrí tambien que ahora !estudian mujeres!.Qué privilegio tienen los estudiantes varones actuales;nosotros jamás lo tuvimos;nos tocaba admirar al pasar, a las muchachas de la normal departamental,del amparo,o bajar hasta el estadio para ver a las del Eustaquio,del departamental femenino-que tenía el uniforme como el del cali,verde y blanco-las de Santa Cecilia;!!ah!! Santa Cecilia,cuánto evoca este nombre.Qué habrá sido de la muchacha de ojos claros, cabello negro largo y sonrisa luminosa?Se habrá converido en "doctora en medicina" como soñaba?
Me gustaría verte de nuevo, muchacha de Santa Cecilia;seguro que al verme como soy ahora,volverías a iluminar la quinta-que acababan de ampliar-con tu risa.Habrás tirado a la basura la libreta donde copiabas los discos preferidos de Adamo, aznavour,para luego dedicarmelos, muy seria,como avergonzada?Seguro que has olvidado las caminatas`por la quinta abajo,dejando pasar el bus para irte en el próximo y así compartir un poco más "las manos en el bolsilo caminando por el parque".!!qué tiempo tan feliz!! cantaba Matt Monroe y vos te preguntabas si eso mismo diríamos nosotros al hacernos mayores;yo al menos lo digo ahora,porque la alegría de la adolescencia es especial y se recuerda con esa mezcla de alegría y tristeza,con ese sabor a trebol...
Ahora podés decirle a tu papá que soy como él,que tengo casi su edad y el pelo muy corto,escaso;que al fin pude irme a europa,que ya leo menos a Camus y nada a Nietzsche,que....,mejor no le digás nada, no nos creería,como antes.
Como decía Martiña,"hoy daría yo la vida por volverte a ver",para volver a sentir el alma limpia,sin parches, sin media suela;pero claro es solo un sueño,de esos que ayudan a caminar diariamente; y me resigno, y disfruto el recuerdo de lo vivido,como debe ser, o al menos como me gusta que sea, y así cuando quiera soñar el tiempo de las flores, te buscaré como matilde diaz:
:"te busco por la distancia,con una angustia de espanto,amor de mi adolescencia, virgencita de mi encanto. Y solo encuentro el recuerdo, que me dice entristecido,que no voverán los besos,que volaron al olvido.Tus besos,tus manos blancas,la ternura de tus ojos,ya no alegrarán mi senda,multiplicada de abrojos"

Muchacha de Santa cecilia,estás por ahí......?









domingo, 31 de agosto de 2008

Se alquila pieza,sin niños









La vida de una familia pobre con tres niños era difícil, muy difícil.De por sí,la vida de una familia pobre lo era en grado sumo,y sin niños, no era familia.Por siempre,para los pobres,-no sé los ricos-el acicate para enfrentar la cuesta empinada de la vida diaria eran sus hijos;no tenían otra razón de ser.Quizá fueran la esperanza para lograr cambiar las condiciones de una sociedad egoísta e indiferente.

Mia padres iniciaron su vida en común siendo muy jóvenes.Firmes en su convencimiento que eramos su responsabilidad,nunca escatimaron esfuerzos para darnos lo mejor, y con su coraje y decisión como únicas herramientas,se enfrentaron a esa vida plena de obstáculos e impedimentos.Abandonaron la casa paterna de uno y otro con los anhelos de construir su propio mundo,al igual que todos los jovenes de todos los mundos.Su peregrinar ,primero solos y muy pronto con hijos,les llevó a conocer las vicisitudes de las casas de inquilinato.


Las casa de inquilinato eran como hoteles destinados a los más pobres,personas generalmente llegadas de lugares lejanos y disímiles empujados como no, por la violencia.tenían las casas largos corredores con piezas a lado y lado,y desembocaba en un patio de barro donde quedaba el lavadero,el sanitario y una rudimentaria ducha, ademas de las cuerdas para colgar la ropa.
En éstas casas,llegaban a habitar hasta seis familias diferentes,lo que hacía la convivencia algo muy difícil;El propietario se encargaba de distribuir los días en que le correspondía a una familia, la limpieza de los lugares comunes,fuente ésta igualmente de innumerables conflictos.El propietario, generalmente era una especie de patrón,que no pocas veces actuaba abusivamente con los derechos de los arrendadores.Imponía precios a su libre albedrío y "si no le gusta, vayase",que era para los pobres como un Slogan publicitario, ya que también lo escuchaban en los sitios donde lograban encontrar trabajo, y unos y otros,-patronos y dueños de casa-lo usaban constantemente,conocedores como eran de la dificultad o imposibilidad de encontrar un sitio donde trabajar y un sitio donde vivir.



Mi papá,coincidía con mi mamá que era mejor evitar conflictos,entonces diseñaban unas funciones para cada uno de ellos,las cuales trataban de cumplir con exactitud;mi papá se encargaba de buscar los "insumos" para el sustento de la familia,de estar atento en la defensa de la integridad física y mental de su familia,mientras mi mamá se encargaba de el proceso de cocinar, lavar nuestra escasa ropa,corregirnos,enseñarnos normas,convencidos los dos que con eso nos aseguraban nuestros derechos,o al menos la posibilidad de reclamarlos.


A pesar que todos o casi todos nuestros vecinos de pieza o "celda" eran familias venidas de pueblos vecinos o lejanos, jamás mamá o papá,hacían comentarios contra ellos;solo les escuchábamos decir "pobre gente,han sufrido más que uno",cuando ya era bastante el sufrimiento nuestro.
Mi papá, para asegurarse de evitar conflictos,los cuales siempre nacían por la relación entre los niños,llevaba siempre en los trasteos,una pequeña reja de madera que encajaba en el marco de la puerta de nuestra pieza,la cual impedía que escapáramos y causáramos algún malestar con nuestros juegos y actos propios de la niñez;desde ella,veíamos pasar a los vecinos, adultos y niños,generalmente solo cuando los iban a bañar a estos últimos, o a hacer sus necesidades fisiológicas;eramos verdaderos "presidiarios en miniatura" que sonreíamos al que pasaba de la mano de sus padres, si nos agradaba, o por el contrario, le hacíamos muecas y gestos de agravio.Nosotros también pasábamos frente a las otras "celdas" en los mismos procesos,y recibíamos igual trato.





Mi madre, cumpliendo otra de sus funciones,luego de darnos el almuerzo-cada vez que había-descansaba un poco y ante nuestra continua actividad represada dentro de las cuatro paredes,nos prometía:!cuando baje un poco el sol,vamos a dar una vuelta!,y efectivamente,luego de escuchar las noticias, en un viejo radio de tubos, sin carcasa,y que mi padre cubría con un cartón y con muchas amenazas para prevenir un accidente con la electricidad,mi madre cerraba la pequeña pieza y salía como una gallina con sus pollos,hasta algún sitio descampado,que afortunadamente abundaban,donde nosotros-mis dos hermanas y yo-dábamos rienda suelta a nuestra vitalidad reprimida,a nuestros sueños,corriendo así fuera tras el viento,tras una rueda sacada del recorte de la de un carro, o elevando una pequeña cometa,mientras mamá vigilaba nuestros movimientos.Al caer la tarde y calculando la llegada de papá,recogíamos nuestros juegos y emprendíamos camino a!nuestra casa!.

Así transcurría nuestra vida y la de miles de ciudadanos anónimos,que al parecer no le importaban a nadie, como no fuera a sus familiares,quienes vivían condiciones semejantes

Los fines de semana eran más felices,teníamos a papá y mamá juntos y mientras papá leía una de tantas revistas que conseguía no se donde,mamá preparaba un desayuno y nosotros jugábamos sobre la cama o escuchábamos el radio;cuando mamá traía el desayuno,comíamos todos juntos, pues el alquiler de la pieza no incluía derecho al comedor(que tampoco existía);nuestra pieza era dormitorio, comedor,sala de estar,y de juegos;hacinamiento,le llamarían muchas décadas después.

Un día escuché a papá decir que mamá debía ir a hacer cola para buscar cupo en una escuela para mis dos hermanas;la rutina se rompió para mi alegría y mi tristeza;alegría porque tenía más cosas para preguntar a mis hermanas y tristeza porque pasaba muchas horas solo en mi celda,mientras mamá las llevaba o traía de la escuela y durante sus oficios.Distraía entonces mi soledad,ojeando las revistas de papá y soñando con el día que pudiera descifrar lo que decían esos extraños signos que acompañaban fotos de personas y paisajes.


Aunque parecía que estuviésemos olvidados del mundo,papá comentaba que se estaban aprobando en una ciudad lejana los derechos de los niños y que quizá algún día llegarían hasta nosotros;algo que mostró que ya nos habían "descubierto" a los niños,fué la aparición de rostros infantiles en la publicidad de algunos alimentos como la leche,que nosotros veíamos allí,solo en las publicidades, y en algunos juguetes que tambien veíamos solo en ellas.

Cada vez que un propietario de casa decidía aumentar el alquiler,obligaba a la búsqueda de un nuevo lugar donde al menos el precio fuera igual al que pagábamos o menor al que pretendía llegar el propietario,y entonces papá le encargaba una nueva función a mamá:!buscar pieza!.


Así, se añadía un nuevo motivo de alegría para mi y angustia para mamá,que era el salir casi a diario ,a recorrer las calles aledañas o más lejanas preguntando a la gente¿sabe donde alquilan una pieza?.Mamá debía hacer rendir mucho más su tiempo, pues debía llevar a mis hermanas a la escuela, hacer el almuerzo, salir a buscar pieza y estar a tiempo para recogerlas al terminar las clases.Pasados varios días infructuosos,yo estaba cansado, quemado por el sol y deseoso que se acabaran los "paseos".
Luego de muchas idas y venidas un día mamá, al rendir cuentas de su búsqueda a papá en la noche,le comentó que como era eso que el decía sobre los derechos de los niños,pues parecía que ya habian llegado hasta nosotros, aunque para ella no estaba muy claro;en casi el total de sitios donde íbamos a ver una posible pieza,aparecía un escrito pegado a la ventana de la casa que decía:SE ALQUILAN PIEZAS,SIN NIÑOS.






































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domingo, 3 de agosto de 2008

ANTE TODO, LA JUSTICIA...


Corria el año del señor de 1997 y corria mi vieja kawa del 79 a llevarme al encuentro del almuerzo y el descanso para mi, para ella solo lo último.Nos merecíamos el descanso luego de entregar docientos sobres y cuarenta facturas.Para ganar tiempo,decidimos de común acuerdo,bajar por la calle quince que luego se convertía en carrera veintinueve al llegar a la galería de santa elena.éramos felices los dos,pues nuestra relación llevaba rato y a diferencia de otras, cada que nos juntábamos ,disfrutábamos.A pocas calles de cruzar la autopista,observé gran tumulto y la imaginación salió de su letargo y dijo a trabajar;quizá, para mi alegría y fortuna,los bancos y cooperativas decidían por fin responder por nuestros ahorros, ya que nuestras deudas a pesar de su quiebra y desaparición,se pasaban de unos a otros y ante cualquiera de ellos debíamos responder o atenernos a la consecuencia jurídica del incumplimiento.Justo en el primer puente sobre el caño,frente a las oficinas de un banco cooperativo en quiebra,el tumulto era más denso y se escuchaban más insultos y palabras de grueso calibre,muy comunes por cierto en el área.

Detuve mi kawa,la acomodé en un anden y le puse al rededor de su cintura y con mucho pesar, una gruesa cadena,pues la quería mucho y no me arriesgaba a que se marchara con el primero que le pintara pajaritos en el aire y le hiciera olvidar lo nuestro.Llegar a primera fila fué tarea ardua;ya a la orilla del caño,observé al frente,tres señores entre toda la chusma;uno con barriga de carnicero,cuchillo de carnicero en la diestra,otro con camisa de flores,zapatos color miel y un reloj de pulso amplio que a cada rato hacía regresar al antebrazo, subiendo y sacudiendo su extremidad izquierda;el tercero,ya lo conocía,era nada menos que el señor director nombrado para atender lo que quedaba de una cooperativa,cuyo nombre no olvido,pero trato de no recordar,por la salud de mi alma.Mi imaginación más veloz que mi moto,me susurró que seguro el hombre del cuchillo pretendía atracar a los otros dos o al menos discutian sobre eso;para asegurarme lo consulté con la señora de rulos en la cabeza y canasto en la mano.Pues no era ni lejos,lo que imaginaba;el señor con pinta de carnicero era nada menos que !el carnicero! el de los zapatos miel y reloj de pulso grande,el dueño de un granero, y el otro ,pues eso, el otro.Y no se iban a atracar ni algo parecido,no,estaban planeando capturar a un ladrón;éste último, se encontraba bajo el puente,donde pretendió esconderse luego de robar una caja con seis botellas de aceite para cocina;en su huida,la caja rodó hasta el hilo de agua gris,- que llamamos negra,por puro racismo contenido- se abrióy dejó escapar las botellas.El ladrón era casi un niño;langaruto y orejón,con un pantalón corto,descalzo y sin camisa;El carnicero se preparó para bajar,el señor del granero le ató una cuerda a su cinturita-si me oyera palmieri-y el otro,se quedó,para mi alegría,con el cuchillo del justiciero.

El ladrón casi-niño observaba con miedo, el descenso de la mole de carne,que mostraba claras intenciones de corregir y enseñar respeto;pero no tenía escape posible.Al llegar a la pequeña cornisa,el carnicero arrinconó al pequeño ladrón contra la pared del caño y le asestó tremendos golpes en la cara y en su estomago;el populacho enardecido,aplaudía y me pareció que hasta bajaban sus pulgares.Dos o quizá tres personas,murmuramos sobre la extrema juventud del ladron,tan próxima a la infancia;tremendo error! cincuenta cabezas con sus ojos, narices y bocas, giraron hacia nosotros y en un coro perfecto nos hicieron saber que si nos dolía mucho era porque eramos ladrones como él y que mejor nos abriéramos, antes que nos cobraran a nosotros también!.Una vocesita me susurró al oido, y no era mi imaginación,que lo más saludable era marcharme;así lo hice.Me dirigí hasta el lugar donde estaba mi moto y me pareció verla ansiosa de marcharse también,pues luego de liberarla de la oprobiosa cadena,encendió con la primer patada,ella que me tenía acostumbrado a las tres patadas en seco, abrirle el choque y hasta quemarle la bujía.Continuamos nuestro camino al barrio y el vacío en el estomago se lo achaqué a la demora en el almuerzo,todo por meterme en lo que no me incumbía y peor aún,atravesarme en el camino hacia la justicia,que aquella turba había emprendido,guiada, claro está ,por gentes de bien.

viernes, 11 de julio de 2008

Amores de barrio

"con este tango que es burlón y compadrito, se ató dos alas la ilusión de mi suburbio. Con este tango nació el tango y como un grito salió del sórdido barrial buscando el cielo. Conjuro extraño de un amor hecho cadencia, que abrió caminos sin más luz que la esperanza, mezcla de rabia, de ilusión, de fé, de ausencia llorando en la inocencia de un ritmo juguetón" Así decía la letra de una canción que se escapaba por entre las paredes de esterilla de un salón con piso de cemento,el cual hacía las veces de sede comunal.Mucho tiempo después supe que era un tango,que la versión escuchada en aquel tiempo la hacía un negro llamado Nat King cole.La letra parecía hecha a propósito para nuestro barrio de casas a medio hacer,calles de barro, cuyos habitantes estaban llenos de fé, ilusión y esperanza.En mi mente infantil quedaron grabadas letra, música,la dicción exótica del interprete y las imágenes de una pareja girando por el salón soñando con la perfección en la ejecución de los treinta dos pasos,según decían los expertos. La pareja en cuestión estaba formada por don Francisco y misiá adalgiza,vecinos de la cuadra.Flaco, alto y narizón él;menuda y aindiada ella;luego de cada reunión de la naciente junta de acción comunal,los vecinos asistentes les pedían que ejecutaran un baile de tango,conocedores de su habilidad,y ellos accedían colocando un disco de 78 rpm en un tocadiscos automático que era un regalo de algun familiar que vivía en el extranjero,y se escuchaban entonces las notas de "el choclo", su tango preferido. Esta pareja no tenía hijos;les acompañaban en casa dos perros,un loro y algún gato.Mi papá decía siempre que el señor se parecía a Edmundo Rivero,cantante de tangos y a mí me recordaba a un general francés llamado Charles de gaullé que había visto en una revista. La relación de la pareja con los niños de la cuadra era toda una contradicción: el señor Francisco cariñoso y amable con nosotros,cada tarde al volver del trabajo-siempre a las cinco de la tarde como en el poema-antes de entrar en su casa sacaba caramelos de una chuspa de papel y le daba a cada uno; al terminar, se giraba y por encima del cerco de guadua acariciaba la cabeza de sus perros,le regalaba una sonrisa a su esposa quien en la ventana de madera, cambiaba su expresión amarga durante el reparto de dulces por una amable y sonriente durante las caricias y entrega de trozos de pan a sus perros. La señora Adalgiza se relacionaba con nosotros de una forma totalmente opuesta;durante los infaltables partidos de footboll en la calle de piedras y barro,se apostaba en su ventana con el ceño fruncido y en sus manos-lo adivinabamos-una tijera de modistería y se aprestaba a salir como el viento hacia su antejardin cuando teníamos la mala fortuna de hacer caer la pelota en él.Tomaba entonces la pelota entre sus manos, contra el suelo y la apuñalaba hasta dejarla hecho jirones, mientras emitía pequeños quejidos,respiraba con dificultad y su cara adquiría un ligero rubor,imagen esta que muchos años después regresaría a mi memoria al ocuparme en ejercicios amorosos.Al terminar su faena,nos lanzaba los restos de pelota al centro de la calle y nosotros nos dispersabamos sabiendo que pasarían varios días hasta que alguien apareciera con una nueva pelota. Las acciones de nuestra relación con la pareja constituyeron un rito repetido al menos por una década,hasta la aparición de una nueva generación de niños, que en la cuadra no se hacía esperar.En uno de mis regresos ansiosos desde el modernismo, el glamour,el orden, lo correcto, a mi paraíso del caos, el afecto de mi barrio, mi calle,descubrí que pocas cosas cambiaban,que las más amadas seguían ahí, detenidas en el tiempo; la calle tenía algo de asfalto,algunos antejardines con muros de cemento y rejas de hierro,pero estaban aun las charlas en la esquina,los partidos de footboll en la calle, los amores furtivos en el parque. Un siete de diciembre,mientras muchachos y muchachas terminaban de dar los toques de pintura a muñecos y festones para el alumbrado de la calle y otros, menos muchachos bebíamos una cerveza,charlábamos de nada y de todo como viejos amigos que hace rato no se ven, escuchábamos al conde rodriguez decir que por la calle encendida se escucha un tambor y entre miles de cara se vé a catalina la o con su tambor....apareció por la esquina don Francisco con sus dos chuspas de papel y su caminar de palmera contra el viento.Llegó como había llegado durante cientos de tardes de cientos de dias hasta la puerta de su casa y varios niños se apostaron junto a él para recibir lo que sabían traía en la chuspa, mientras sus perros ladraban al otro lado de la reja y su esposa miraba con cara amarga el reparto de dulces; al terminar de entregar los dulces,giró hacia sus perros y por encima de la reja de hierro acarició sus cabezas, sonrió a su esposa que ahora tenía cara dulce y se inclinó para sacar el pasador de la verja;desde el árbol, los muchachos de antes mirábamos con con los ojos del recuerdo nuestra propia infancia repetida en esa escena;al inclinarse le vimos trastabillar y caer fulminado:Al igual que muchos años atrás,corrimos nosotros y su esposa hacia su antejardin,esta vez con un proposito diferente,pues no era acuchillar o salvar una pelota,era ayudar a un hombre importante en nuestras vidas. entre los aullidos premonitorios de los perros,los gritos de angustia de la esposa,recogimos a don Francisco y le subimos al viejo renault4 de un vecino le llevamos de prisa a un hospital,con parte de sus piernas en la ventanilla pues era muy alto en verdad. falleció don Francisco esa noche y la calle guardó silencio,sin necesidad de decretos;con esos acuerdos tácitos que suelen darse entre los más humildes o los más ricos,entre los que de alguna manera se quieren.Le velaron en la casa al estilo de antes,cuando éramos niños;trascurrieron los dias de diciembre,sin música fuerte, sin berbena en la calle como queréa el conde. Al llegar navidad, de nuevo bajo el árbol,veíamos pasar las horas y planeabamos dirigirnos a otro barrio donde unos amigos para poder bailar;a eso de las seis de la tarde,vimos como una vecina nos hacía señas desde la casa de misiá Adalgiza;fuimos a ver de que se trataba;doña adalgiza nos invitaba a saborear un pequeño plato con brevas, manjarblanco y un trozo de natilla;Nosotros no sabíamos que decir;ella misma nos animó a comer y se extendió en una charla jamás esperada por nosotros en la que nos agradecía la diligencia para ayudar a su esposo,el respeto mostrado por su dolor y que a Francisco siempre le gustaba ver los partidos de footboll en la calle y que si el 31 haríamos el de solteros y casados o el de caleños y americanos;le dijimos que de ninguna manera y ella nos asombró pidiendonos que lo hicieramos pues a Francisco le hubiera gustado verlo. Y llegó el 31, y organizamos el partido aun con las quejas de varias madres a quienes les tuvimos que explicar que misiá adalgiza estaba de acuerdo, y pusimos música bajita y al "carepajaro"no se le pudo ocurrir colocar otro disco que no fuera "la cuna blanca" y al son de ...se ha escapado un angelito,miren donde vá, volando se ha ido aquel viejo amigo a la virgen fué a adorar... nos preparamos para el caleños contra americanos mientras pensabámos algunos,que el amor tiene a veces códigos,que para nuestra desgracia solo logra descifrar la muerte.

domingo, 1 de junio de 2008

LOS CUENTOS DEL FINADO ARNULFO













Tenía una especie de biblioteca pública en una zona verde de mi barrio.Colocaba un gran tablero de madera recostado a un árbol,de un costado a otro de él tendía trozos de piola -de la que usábamos para elevar las cometas- y acaballaba en ellas los cuentos de vaqueros,de heroes de la selva,del mar,de guerreros estelares,de detectives,de duendes y villanos,de seres habitantes de otras dimensiones,a las que acceder,costaba poco.Ponía especial cuidado en dejar en el lado visible del potencial cliente,la carátula,la cual era una especie de "triller" de lo que esperaba dentro.
Se llamaba don Arnulfo. Alquilaba los cuentos a quince centavos para leer en el sitio y a veinte para llevarlos a casa. Lo más común era leerlos en el sitio,pues ya era un logro extraordinario para cualquier niño del barrio,conseguir los quince centavos.
Mientras la gran mayoría de niños preferían jugar a la pelota,una estraña cofradía de cinco o diez, ocupábamos los bancos de madera de la biblioteca de don Arnulfo,sumidos cada uno, en estricto silencio,en su viaje personal por paises lejanos, acompañando y gozando con el heroe escogido de entre las piolas,de emocionantes aventuras con la seguridad de no sufrir daño alguno.
Allí conocí las peripecias de Hopalong Cassidy,Red Ryder,Roy Rogers,Gene Autry,Chanoc, Alma Grande el yaky justiciero,El látigo negro,El llanero solitario,Robin Hood,Kid Montana y cientos más.
Era un niño privilegiado,pues mi padre había nacido afectado con el síndrome de la lectura,y así, luego que los dos habíamos devorado las fotos y textos de Life, Gramma,Bohemia, las selecciones del Reader's Digest,me enviaba donde don Arnulfo los fines de semana,con la consigna de alquilar varios cuentos para leer en casa.Tome este peso y alquile cinco cuentos -me decía- ¿de cuáles papá?;traiga tres de vaqueros,uno de la selva y busque uno de Flash Gordon...¿Flassh gordon?..., bueno,de Roldan, que es lo mismo, así se llamaba en mi época,decía.
Feliz, como estaba seguro que nadie podía serlo en ese momento,corría hasta donde don Arnulfo y me daba a la tarea nada fácil de escoger los cuentos,recurriendo a la memoria para no llevar aquellos que ya habíamos leído.
Al llegar a casa con ese preciado tesoro,los extendía sobre alguna mesa y esperaba a que mi papá escogiera el suyo para iniciar el rito y posteriormente hacerlo yo.Generalmente los domingos, mi papá leía recostado en su cama, con la almohada doblada contra la baranda y mi mamá le colocaba un vaso con café y una cajetilla de cigarrillos piel roja junto con la caja de fósforos el diablo en un pequeño nochero.
Yo me sentaba a los pies de la cama, y lo mismo que él,me sumergía en la vida y aventuras del héroe de turno y casi no escuchaba a mamá cuando me llamaba para encargarme algo de la tienda; doblaba entonces la punta de la hoja donde me encontraba -costumbre que jamas pude corregir y me costó muchas reprimendas de profesores y bibliotecarios- y salía presuroso a cumplir el encargo para regresar lo más pronto a continuar con mis aventuras por desiertos,selvas, mares y tenía la impresión que los héroes,complacientes,esperaban mi regreso para continuar la acción; la imagen se congelaba, haciendo uso de una tecnología que aun no existía.
Pasado algún tiempo, don Arnulfo fué incluyendo variantes,como secciones en su biblioteca;colocaba en un rincón unos libros pequeños, sin imágenes,solo letras,que también eran de aventuras de vaqueros;las historias de don Marcial lafuente Estefanía.Junto a estos, unos libros gruesos,los tomos de santo, el enmascarado de plata,estos si tenían imagenes.El descubrimento extraordinario de los libros sin imagenes fueron don Julio Verne y don Emilio Salgari.Devoré en pocos dias a Sandokan el tigre de la malasia,al capitan de quince años y todos los de piratas y aventuras en islas desiertas,globos y submarinos.
Mi padre, preocupado por haberse leido todos los cuentos de vaqueros y demás héroes,aceptó probar la nueva propuesta y empezó a consumirla, aunque su alquiler era más elevado.Esta nueva gama de lecturas,activó de forma extraordinaria el desarrollo de la imaginación, al no tener imágenes.
Por estas mismas fechas,aconteció algo que cambió la rutina de lectura en compañía de papá y que yo justificaba aduciendo el mayor costo de leer en casa.Apareció un domingo con un portaviandas con la comida para don Arnulfo;supe que era su esposa por lo que conversaban.Era una mujer mucho más joven que él.Cuando la ví el primer día, sentí una extraña fatiga que no se parecía en nada a la causada por el hambre -con quien ya había tenido tratos- y que se calmaba cuando ella se marchaba.
A partir del primer día,estaba atento para acudir a alquilar algún cuento-así fuera repetido-y esperar a que llegara con el portaviandas y verla y sentir esa extraña sensación de fatiga, que a decir verdad, no me disgustaba.
Pasaron muchos días de fatigas insatisfechas, hasta descubrir un calmante,-pasajero eso sí-para aquella sensación que me causaba la visión de la mujer de don Arnulfo.
Un día domingo, mientras alquilaba algunos cuentos para mi papá,el señor Arnulfo empezó a sentirse mal;dijo sentir mareo y nauseas;su esposa llegó justo en el momento que empeoraba su estado y le llevó en un carro rumbo al hospital.Ese día falleció don Arnulfo.
Durante algún tiempo, la biblioteca lúdica de mi barrio estuvo cerrada.Mi padre y yo sentimos demasiado su falta.
La familia de don Arnulfo terminó por marcharse del barrio;días después, descubrí en un cajón del armario, los cuentos que había alquilado el día de su muerte.Los guardé entre mis cuadernos de primaria.Ocacionalmente los encontraba y repasaba junto con los recuerdos que contenían de aquella preciosa época de sueños infantiles y despertares juveniles.
Tal vez trascurrió más de una década,cuando acompañando a mi mamá al mercado,nos tropezamos con una señora.Mi madre le saludó con amabilidad y escuché los pormenores que compartieron,las preguntas sobre las respectivas familias que finalizaron con mi presentación y el consabido!cómo pasa el tiempo!.
al despedirse mamá y la señora,tenía yo muy claro que se trataba de la viuda del finado Arnulfo y supe entonces cual era la causa de la fatiga que me provocaba en mis años de infancia próximos a mi adolescencia, el verla.
Se había trasformado en una hermosa mujer madura.Mi madre en casa,comentó con mi papá de aquel encuentro y escuché entre otras cosas que la señora jamás se había vuelto a juntar con alguien, bastante extraño en los tiempos que corrían.
Una extraña obsesión me invadió.Obsesión por conocer detalles de la vida de aquella señora.Así, muchos dias invertí en acercarme al mercado con la esperanza de volver a encontrarla.
Y llegó ese anhelado día.Cuando le ví no dudé en acercarme y buscar entablar charla;fué algo tan sencillo como agradable.
Uno de tantos días en que nos encontramos de común acuerdo para charlar y contarnos algo de nuestras vidas,le comenté que yo guardaba algunos cuentos que pertenecían a su esposo.Se interesó por ellos y quedamos en que la visitaría en su casa para llevárselos.Ese día me agradeció mucho que le llevara los cuentos pues ella había perdido todos los demás al prestarlos a amigos que jamás los devolvian y en los continuos trasteos de casa en casa de alquiler.
Conversamos sobre muchas cosas y fué inevitable nombrar aquella sensación que su presencia provocaba en mí cuando ella le llevaba la comida a su esposo;se rió de tal forma que me hizo sentir tremendo desconcierto.Desconcierto que aumentó cuando me preguntó si aun su presencia me provocaba aquella fatiga,cuando prometió darme un remedio que podría resultar peor que la enfermedad,que solo tendría que contarle cada cuento que yo había alquilado y leído en mi infancia y que no importaba que fueran más de mil, incluso si eran mil y uno no importaba porque el tiempo de las cosa reales se detiene, no avanza,cuando uno se sumerge en viajes por parajes ignotos, de paraísos soñados,perdidos, buscados, donde nada ni nadie puede causarle daño........

lunes, 5 de mayo de 2008

SON PADRES



En una ciudad moderna,en un gran pais,suena el despertador
en un pequeño rancho en una vereda perdida en las montañas
en una elegante y cómoda casa;un hombre acorde con esa casa,muy elegante,sale
de un hermoso pais,el canto del gallo y los pájaros,indican a sus habitantes que
temprano en la mañana en su carro para llevar a uno de sus hijos al colegio.Antes
empieza un nuevo día.Un hombre de piel curtida por la intemperie,se prepara
de marchar,se despide con un beso de su esposa y el más pequeño, quien lloriquea
para marchar a su trabajo;un trago de café y una caricia al niño que lloriquea en
ante la ausencia inevitable.Es un buen padre de familia,sin duda.Sorteará con
brazos de la madre,son su despedida.Con sus herramientas al hombro y una
poca o mucha paciencia, los inevitables trancones en el tráfico vehicular de las
mochila con alimentos,se dispone a sortear los obstáculos que ve a diario:raices
grandes urbes modernas,desarrolladas, en el pinaculo de la civilizacion,hasta
de árboles,mosquitos del amanecer,telarañas tejidas en la noche que se adhieren
llegar a su sitio de trabajo en una gran empresa.Su oficina es en realidad un
a su cara y manos;nada de cuidado.su trabajo:limpiar, abonar,consentir las
laboratorio donde diseña apoyado en informes anatómicos y mecanicos y
plantaciones de cuyos frutos muchos se han de beneficiar aun en paises lejanos;
valiendose de la más moderna tecnología,un producto que luego de fabricado será
casi en su totalidad se venderan,solo se regalaran si acaso, los proximos a
enviado a paises lejanos:algunos vendidos a intermediarios,donados a amigos,
perderse.Cuando acaba su jornada,al fin de la tarde,emprende el camino de
y muchos se canjearan por otras mercancias;es uno de los productos estrella de la
regreso a casa,donde le esperan su esposa y su hijo;absorto en su recuerdo,desvía
empresa para cual labora:serpientes con cuerpo de plástico y entrañas metalicas
sus pasos fuera del camino y es cuando siente clavarse en sus carnes miles de
que no muerden,escupen miles de colmillos de acero que se clavarán en los
colmillos de serpientes que no existen en sus peores pesadillas;serpientes que se
blandos tejidos de piernas y genitales de quien tenga la desgracia de pisarla;
elevan al ser pisadas y escupen su vaho asqueroso que lo sume en un sueño
romperán igualmente los tejidos oseos,causarán con su escupitajo asqueroso un
profundo y horroroso donde acogerá a su esposa y a su hijo con los muñones de lo
dolor millones de veces superior al causado por la mordedura de una serpiente
que fueron sus piernas.Cuando despierte de la pesadilla, deseará no haberlo
comun;infectará la mente de la victima, cuando esta comprenda que ha sido
hecho nunca;deseará sumirse de nuevo en aquel sueño donde caminaba por los
rebajado a la categoría de invalido,de dependiente absoluto,de carga social,
montes libremente,conocedor de los peligros propios de su montaña,con
familiar;de muerto en vida.El creador de este engendro,al término de su jornada
serpientes que huyen ante la presencia humana,pues nadie ha manipulado su
regresará a su casa, donde le esperan ansiosos su esposa e hijos,ignorantes e
esencia,programandola para causar muerte.
inocentes,del trabajo de su padre para ganarse el pan que les dá la vida.

domingo, 27 de abril de 2008

LA ESQUINA

Despuntaba la década de los setenta.Cali había hecho sus juegos panamericanos.Que viet-nam terminaba,era importante para muchos.Algo nos llegaba desde el mundo exterior.Scoot Mackenzie y su melodioso "san francisco";"papaupa" del quinto mayor, "a papá cuando venga" de mon rivera;el extraordinario Ray Charles y su pegajoso "hit the road jack", que en la calle no tardaron en llamarlo "el mono mono", ante la dificultad del imaginario popular para desmenuzar el no more,no more,no more del estribillo, además de algo de un tal Cat Stevens,quien luego nos deleitaría con su "moon shadow";algunos ,casi niños aun,presentíamos la adolescencia con algo de temor. En la esquina,bajo el palo de mango del anden de misiá teresa,los muchachos mayores de veinte,se reunian para charlar de algo que superaba a todo lo llegado del exterior:la música de richie rey, su boogaloo, y claro, para disfrutar del poder y la riqueza que les proporcionaban unos cigarrillos arrugados y sin marca conocida que ellos mismos elaboraban. De todos éstos muchachos, "nueva york" era lo más destacado.Vendía discos en un almacen de la quince.Se conocía todo lo relativo a la pasta que llegaba del norte.Se ganó el remoquete por su jerga cargada de vocablos ingleses los cuales españolizaba con su estilo particular.Vivía soñando con "los yores";con despegar "pa'la yunai". Cuando llegaban de trabajar, los muchachos de la esquina se reunían después de comer para comentar lo último de la melodía y crear nuevos pasos para el fin de semana si había alguna rumba,era su rutina.Algunos escapaban del ghetto y se iban a la univalle de san fernando a disfrutar del talento nacional con "alma"o "el expreso del oeste".Los menores, de alguna manera admirábamos su aguaje, su ritmo, su trasgresión. Un día de tantos, cayó la bomba en la cuadra y como no en la esquina:!viejo rodri despega pa'l norte! Rodrigo era como el hermano gemelo de nueva york, y entre unas y otras le prometió a éste:"cuando llegue y me ubique, lo patrocino viejo nueva..". Y viejo rodri viajó y pasó un mes y dos y un año,y nueva york antes de llegar a su casa luego del trabajo,arrimaba donde la familia de rodrigo y que qué han sabido? que está bien m'ijo, que muchos saludos; y nueva york,me lo saluda; claro m'ijo con mucho gusto!. Y la casa de rodri tuvo dos pisos y antejardin de cemento; y llegaron fotos de viejo rodri junto al carro que se compró; y que rodri se casa con una muchacha mejicana, y que tienen un niño, y que les llegó el segundo....nueva york seguía vendiendo discos en la quince y esperando el patrocinio. Y cayó la segunda bomba en la cuadra y bajo el palo de mango:viejo rodri viene.... Un sábado, los muchachos de la esquina vieron llegar dos taxis a la casa de rodrigo: en uno venian una mujer de cabello muy negro y dos niños,en el otro un rodrigo de piel desteñida y muchas maletas.En la noche cuando nueva york lo supo no dudó un minuto en ir a saludar; mejor no lo hubiera hecho:está dormido m'ijo, es que estan muy cansados!. Y así fué por varios dias cuando solo se veía a rodrigo del antejardin al taxi y viceversa;a veces levantaba la mano como un remedo de saludo a la esquina.En silencio todos pensaban que "viejo rodri no es el mismo" y con mucho de orgullo y algo de dolor trataron de seguir sus vidas.De todos, el más afectado era nueva york; cuando partió rodrigo de regreso a los yores, no hizo ningún comentario; empezó a ausentarse más y más de la esquina, en parte huyendo de las bromas con respecto a su patrocinio fallido;pasado un tiempo,nueva york no volvió a la esquina y los muchachos al principio lo extrañaron y al final siguieron sus vidas, su rutina. Luego de casi un año estalló una bomba más fuerte:!nueva york despegó pa los yores!!. Y todos que como así, y ese de donde sacó la plata;eso si está raro!.A los pocos días tuvieron la respuesta.Un carro llegó una noche a la esquina y unos tipos "de esos que cuando niños sus mamás no los querian y de grandes andan repartiendo bofetáas" se bajaron de él y empujaron a los muchachos para que subieran. Dos dias estuvieron perdidos los muchachos.Cuando regresaron, algunos habían perdido sus trabajos; por un tiempo largo no volvieron a la esquina.Por la señora de la tienda se supo que los había detenido el F2 y que muy comedidamente, como era su costumbre, les preguntaron por la plata y los muchachos que cual plata;que la que les sobró de la venta de los discos y ellos que cuales discos; entonces que amarrenlos en una tabla y metales las cabeza en el estanque y ellos que casi se ahogan pue si saben nadar pero no amarrados y además si es surf, eso es con un solo pie amarrado a la tabla y no todo el cuerpo;entonces que sueltenlos que estos no saben nada, pero si los volvemos a ver en la esquina,vamos a practicar beisbol en vez de surf, pero con sus bolas. Poco tiempo duró la dicha de nueva york;cuando apenas le había dado unos mordiscos a la gran manzana, le apresaron y deportaron directo a villanueva. Luego de tres o cuatro años, salió nueva york y volvió a la esquina,pero ya el panorama desde el puente,mejor dicho, desde el árbol, era diferente;richie rey se las veía fuerte con ismael miranda,hector lavoe y el conde rodriguez;además se permitian escapadas donde eric clapton,joe coker y sus perros rabiosos,exuma y sus delicias de la luna de moonberry,los dias tristes de los beatles, el camina no corras de los ventura y carlos santana con su mujer de magia negra, casi nos hacía olvidar al negro hendrix. Algunos de la era de nueva york, habían despegado para venezuela.Plétorico de necesidades y nostalgia, logró conseguir trabajo en un taller de carros,lijando.Años después al regresar de europa,luego de otros tantos de ausencia, le encontré más viejo,canoso y aplastado por la nostalgia de su new york. Mientras bebíamos unas cervezas bajo el palo de mango,ojeando una revista donde mostraban la destrucción de las torres gemelas,decía como para sí mismo:"estos manes deben de estar creizys,como van a destruir semejante símbolo,si cuando yo estuve en nueva york, luego del lunch o el over time las visitaba y era un espectaculo beatiful". Comprendiendo su tristeza, le dije:viejo nueva, esperemos que los próximos que despeguen de la esquina, lo hagan para la polinesia, y cuando vuelvan,nos busquen bajo el palo de mango del andén de misiá teresa, y nos cuenten brother, si allá se comen el lunch,trabajan over time o si se cagan en la leche tio!.